Petroglifo de los Teatinos-Caleras-Miradores y Senderos Espectaculares

 

Accedo por el Santuario de la Fuensanta al cruce de los Teatinos. En subida hacia la Cresta del Gallo, aparco en la bifurcación pistera.

Parto en descenso por asfalto unos metros, giro en subida a la derecha 

para echar un vistazo al Petroglifo de los Teatinos. 

La palabra petroglifo deriva del griego pétra que significa piedra y glýphein que significa tallar, grabar o cincelar, su diseño simbólico grabado en roca desgastando su capa superficial provienen del período Neolítico; se le atribuyen valores mágicos o sagrados, al igual que sean marcas de vías de comunicación transitadas desde antiguo y utilizadas, como balizas o jalones, por cazadores o por pastores trashumantes.

Observando el bloque pétreo con la inscultura de una gran cazoleta, interconectada por canalillos someramente trazados en la roca, su función admite varias probabilidades: eje cósmico de reunión, ara de libaciones, mapa astronómico, cartografía terrestre, etc.

Continuo por el sendero arriba del petroglifo 

e inicio un descenso pronunciado a la zona de las Caleras y Hornos de Algezares. 

El topónimo Algezares procede del árabe “Al-yessar” (tierra de yesos); una apertura permitía a los trabajadores acceder al interior del horno, cuya estructura abovedada contenía la leña y, sobre ella, se disponían las piedras ricas en yeso -o aljez-, cociéndolas durante unas 10 horas. 

Una vez deshidratado, el yeso era trasladado a las eras de molienda, donde se trituraba y quedaba preparado para su uso en la construcción.

Voy explorando las ruinas de los hornos en distinto grado de conservación; 

el terreno roto con piedra suelta y fuerte inclinación, obliga a extremar la prudencia apoyando bastones. 

El Sendero de las Caleras 

me saca a la carretera de bajada desde el área recreativa de la Cresta del Gallo; desciendo 180 m para atajar en fuerte ascenso al ramal de subida; 

en 280 m, vuelvo a atajar cortando un amplia curva de la carretera 

y alcanzo la Antena de tv; 

donde se inicia una pista irregular y tortuosa, que he de abandonar en 175 m para, monte través a media ladera, pasar por una zona de viejos olivos, 

salvar un barranquete y ascender a la cuerda lomera, por donde transita el tupido Sendero de las Albaidas con magníficas vistas de la Huerta Murciana.

Desciendo por el Sendero de los Teatinos con tramos curvados de firme rocoso, 

continuo por la izquierda cambiando de dirección 

al cruce de senderos; 

sigo a la derecha en ligero ascenso hacia el Mirador del Asiento; 

disfruto de las espectaculares panorámicas del Valle 

y vuelvo al entronque del sendero; sigo descendiendo 

con tornantes cada vez mas cerradas hasta el vallado de una propiedad privada; cambio de dirección remontando por un collado, para volver a bajar pisteando hacia el depósito de agua 

y la carretera de vuelta al aparcamiento.

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