Mina Lirio desde La Manga Club Resort
Partimos por el carril bici en dirección Portman, en 100 m
cruzamos la carretera a la pista, para torcer a la izquierda en 45 m al llegar
a una vivienda, la pista apenas se distingue invadida por la vegetación y la
falta de paso,
se hace sendero perdiéndose durante unos metros, pero en
dirección Oeste enlazamos forzosamente y pronto con el sendero;
nos conduce,
con vistas de la Urbanización Las Lomas,
a los altos taludes formados por la
acumulación de estériles de la Mina Lirio hacia la que nos dirigimos,
paralelos
a un ramblizo al principio y entrando brevemente por él a la altura de un dique
de contención por un bosquete de pinos con suelo arenoso,
torcemos en
ascenso por la derecha, superando poco a poco estas mesetas a modo de cornisas
encadenadas que constituyen los sedimentos mineros.
Caminamos cómodamente por esta parte del cegado valle,
con
panorámicas enfrente de las instalaciones mineras
y atrás el verde campo de
golf y las casas trepadoras sobre la franja montañosa costera;
dado lo temprano
que hemos iniciado nuestra andanza rutera, acompañados de una brisa marina, no
estamos pasando calor de momento.
En el Collado Ponce a 207 msnm, alcanzamos la zona de
oficinas del conjunto minero el Lirio,
pasamos la balsa y entramos en el resto
de las instalaciones;
empezando por el castillete de la mina Josefita,
almacenes,
vestuarios, comedor y talleres;
seguimos bajo las ruinas de la pasarela de la
mina Josefita;
ascendemos dificultosamente bajo sus arcos a la casa de máquinas
y los lavaderos.
Para más información aquí:
Rodeando la instalación volvemos a la entrada,
para
continuar por la pista donde se encuentran los edificios de oficinas;
se hace
sendero a tramos con muestras de la desolación que dejan este tipo de excavaciones;
vemos abajo la explotación a cielo
abierto de Los Blancos III (Corta Sultana),
alcanzamos el punto más elevado de
la ruta con buenas vistas del Mar Menor.
Comenzamos a descender zigzagueando con algún tramo de gran
pendiente, donde los bastones suponen una gran ayuda;
vamos entretenidos observando
los cromatismos que imponen las erosionadas paredes rocosas y sintiendo
calor a pesar del descenso;
me acerco a ver una pequeña cavidad;
cambiamos de dirección al avistar la urbanización;
caminamos por un ramblizo
llegando a una balsa abandonada;
enlazamos con una pista,
la seguimos a la
derecha ascendiendo un pequeño collado pedregoso;
buscamos una traza senderil
de bajada menos radical hacia la urbanización;
seguimos por pista agrícola
hasta
la carretera y de vuelta al aparcamiento orillando el carril bici con vistas
del campo de golf.
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