Subida al Carmolí


Accedemos desde la Autopista de la Mediterránia entre Los Alcázares (RM-F54), donde construyó la República (antes de la Guerra Civil), un aeródromo militar


usado como escuela de vuelo de alta velocidad y nocturno, cuyo caza más emblemático de fabricación soviética, 


fue el Polikarpov I-16, "Mosca" según los republicanos o "Rata" por el bando nacional, y el Algar (N-330) a Punta Brava, aparcando en la urbanización de El Carmolí (37°41'24.72"N   0°50'47.63"W).


Cruzando el vallado, nos dirigimos a las abandonadas instalaciones militares de acuartelamiento y polvorín, 



ligadas al aeródromo durante la Guerra Civil hasta finales de los 70; entramos por la garita del puesto de control


 y edificio de tropa 


al muelle de carga


de los dos túneles del arsenal, para almacenamiento y custodia de munición y explosivos.





Por traza senderil, faldeamos el volcán del Carmolí al que ascenderemos; forma parte de las islas y cerros volcánicos del Mar Menor; entró en erupción hace unos 7 millones de años, emitiendo de forma explosiva grandes cantidades de materiales piroclásticos, lavas y cenizas, originando pequeños domos de disyunción columnar.


Alcanzamos una casamata 


y rodeamos las letrinas, 



estamos en zona adscrita a los “Espacios abiertos e islas del Mar Menor”, cuenta con la categoría de Parque Natural, LIC y ZEPA; 


se halla afectada por la intensa actividad de pastoreo y recolección de plantas aromáticas, pudiéndose observar palmitos, acebuches, espinos, cornical, oroval, chumberillo de lobo, etc.; vemos a nuestra izquierda otra casamata 


y pasamos junto a la siguiente, ya que el cabezo se encuentra rodeado por ellas; 


llegados al cruce de senderos, iniciamos el ascenso con vistas de las Islas de la Perdiguera y Mayor o del Barón con La Manga de fondo.



Al rozar una bolaga cae una cigarra o Chicharra de La Manga, de la abundante familia Cicadidae, 


sus colores dorados difieren de la Chirrara Cartagenera más oscura; se hace la muerta hasta que la toco y echa a volar.


A medida que vamos subiendo, 




el sendero presenta tramos de roca suelta y firme volcánico, más acentuado a nuestra derecha con piroclastos de andesitas; tras el basalto, la andesita es la roca volcánica más común de la Tierra, se presenta en color gris claro a oscuro; aptas como roca triturada para relleno de carreteras, áridos, obtención de adoquines y uso ornamental. 


En Almería están asociadas a mineralizaciones de cobre y oro (Rodalquilar). Dada su escasez en la Región y en la Península, deberían estar protegidas.


Antes de alcanzar el vértice geodésico, vemos una Araña de Jardín Bandeada (Argiope trifasciata); en Europa solamente se encuentra en zonas cálidas de la península ibérica, Madeira y las Islas Canarias; 


resulta fácil confundirla con la araña tigre o avispa (Argiope bruennichi), ya que solamente se diferencian por unas franjas menos intensas y el anillado de las patas delanteras.


Apoyando manos en las coladas de piroclastos, me encaramo al vértice geodésico a disfrutar del panorama desde 112 m de altura; 


a mi derecha: Los Urrutias, el Puerto Deportivo Ángel Villacieros, el Saladar de Lo Poyo, Los Nietos, Islas Menores, El Cabezo de La Fuente y Cenizas; 


enfrente: Islas Perdiguera, Barón, la franja de La Manga e Isla Grosa; 



a mi derecha: La Marina, Playa El Carmolí 


y el antiguo anfipuerto de la Armada 



con el hangar de un hovercraft, 


vehículo de Colchón de Aire (VCA), anfibio de 50 toneladas, 25 m de largo por 11 de ancho, movido por 2 turbinas Lycoming de 2.500 CV cada una, construido por la empresa murciana Chaconsa; capaz de alcanzar en mar abierto 60 nudos (unos 111 Km/h) y en tierra superar pendientes de hasta el 10%; 


sometido a pruebas en El Carmolí durante los años 80, hizo un viaje hasta Cádiz en poco más de 6 h. Finalmente el proyecto se descartó debido a la escasa capacidad de carga y autonomía con respecto a su tamaño; lo caro y especializado de su mantenimiento, así como la necesidad de buques “madre” para poder transportar un número relevante; resultaron poco rentables para la gran mayoría de las armadas; en febrero de 1994 comenzaron a desguazar los VCA-3 y VCA-36, así como las instalaciones de El Carmolí.


Iniciamos el descenso hacia el Este por la zona de “malpaís” (rocas poco erosionadas de origen volcánico en un ambiente árido); ya bajo la cima, encontramos una geoforma que algunos llaman “El Perro” y otros “El León”, 


con evidentes muestras donde los desgraciados artistas de la imbecilidad, han plasmado su infinita estulticia rubricando su neandeartalidad.


Con mucha precaución y la ayuda de los bastones, 


sorteamos zigzagueando por la inclinada ladera, agujeros y pequeñas cavidades que los procesos de tafonización, el viento, agua y la meteorización han dado lugar.


Enlazamos con la Senda de El Carmolí (SL-MU 8) 


a la altura de una casamata;





el trazado matorralero 



nos conduce junto a una edificación con aljibe, 


antes de transitar por la urbanización 250 m; 


volvemos a sendear acalorados hacia las instalaciones militares, 




para enlazar con el trayecto de vuelta al aparcamiento.





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