Pasarelas de La Hita

Accesos desde la Autopista de La Mediterránia a la RM-F34 y al Área de Autocaravanas de Los Narejos (37°45'46.94"N 0°49'51.00"W).

El Mar Menor es una laguna salina costera mediterránea del Sudeste español; cuyos humedales ribereños amenazados por el exceso de edificaciones como la Marina del Carmolí, el Saladar de lo Poyo, 

las Salinas de Marchamalo o la Playa de la Hita, son Zonas Especialmente Protegidas de Importancia para el Mediterráneo  (ZEPIM); estos humedales en entorno de salinas, favorecen la subsistencia de cigüeñuelas, carriceros, charrancitos, garcetas, garzas, alcaravanes, etc.

Se realizaron actuaciones en 2006 para recuperar este espacio protegido de unos 300.000 m², eliminando los residuos, reubicando accesos, acondicionando  2.500 m de sendas, construyendo  750 m con pasarelas de acceso a la costa, un mirador observatorio, zona de aparcamiento y de recreo de 800 m²; dotando la zona de elementos interpretativos y de educación ambiental.

Descripción del recorrido:

Salimos desde el Área de Autocaravanas de Los Narejos 

hacia la parte ajardinada, 

pasando por delante del cercado canino, seguimos la pista

 hacia el Aeropuerto de San Javier; 

junto a la Academia General del Aire y la Base Aérea de Los Alcázares, han propiciado que la Playa de la Hita, una de las pocas playas salvajes existentes en el Mar Menor, no haya sido destruida.

Rodeando el aeropuerto en dirección al Camping mar Menor, 

giramos poco antes de su entrada caminando por un corredor 

donde el carrizal, asociado a una zona de descarga de agua subterránea, consigue aumentar en 4,5 Has su extensión en detrimento de la estepa salina y el saladar.

Entramos en la zona playera del camping, 

observando la casona con torreta pintada de azul que lo preside; 

tomamos la fruta en su embarcadero, disfrutando de la luminosidad, las tranquilas aguas y la ligera brisa marina.

Iniciamos la vuelta por las pasarelas de madera 

envueltos en el relajante silencio; 

rodeados por la flora halófita cuya tolerancia o excretando el exceso de sal, les permite reinar en este medio.

Nos desviamos un corto tramo 

para subir al mirador con vistas del Mar Menor; 

después 

vemos La Manga del Mar Menor desde un ramal a pie de agua; 

seguimos por zona curveante, rozando algunos penachos cañeros mientras se balancean al compás de la brisa.

Acabamos en el inicio del Paseo de las Salinas, 

dejamos la costa por camino de tierra y arena, para entrar por la zona ajardinada y deportiva,

 espantando a unas garcetas, al aparcamiento.




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