Bogarra-Vizcainos-Camino de San Martín-Cortijo del Avellano-Ruta de las Esculturas

Accedemos desde la autovía Murcia-Albacete, por la salida 56 (Hellín Norte), seguimos por la CM-3213 (Hellín-Villarejo), giramos por la CM-3203 (La Sarguilla), CM-3216 (La Dehesa) y aparcamos a la entrada del pueblo de Bogarra en la Avenida Jose Bono (38°35'3.56"N  2°12'32.96"W).

Partimos por la pista asfaltada en descenso hacia el Este, 

realizando unos metros paralelos a la carretera de entrada a Bogarra; 

seguimos por la derecha en el cruce con la pista a Potiche; 

vemos las ruinas del Cortijo de las Cabras y cruzamos el puente sobre el Río Bogarra (Río Madera más arriba en su curso), 

pasando por  la aldea de los Vizcainos; 

continuamos pisteando por el Camino de San Martín, hacemos un alto para ver la escultura de un ángel en la roca.

La pista se encajona en breve tramo, 

antes de cruzar por el primero de tres olivares por los que cruzaremos; 

vemos un pequeño corzo cercanos al Cortijo de San Martín; 

descendemos pronunciadamente para encontrarnos con el Río Mundo; 

dejamos las bicis acabado el camino y marchamos a pie, con la dificultad añadida por los herrajes de las zapatillas btt, 

entre la espesura

 por traza senderil

 

bajo el paredón rocoso, 

en busca de las ruinas del Cortijo del Avellano en una zona de asombrosa belleza, 

por la variedad y espesura de la exuberante vegetación de ribera.

De vuelta

 

con nuestras monturas, tomamos el mantente, iniciamos el regreso ahora en costosa subida;

 realizamos otra parada para echar un vistazo a una casa cueva; 

pasado el ruinoso Cortijo de las Cabras, cercanos ya al km 17 de la ruta, 

vamos atentos a tomar una pista junto a la nuestra, para cruzar por un rústico puente

 y seguir a la derecha 

sombreados por el cañar; 

nos va elevando entre cultivos de olivos durante 2,8 km, 

para tomar a la derecha una pista en desuso que desciende hacia el valle; 

en una de sus curvas cerradas, se inicia un precioso sendero herboso

 con algún tramo trialerillo 

que nos saca al puente de Bogarra;

 enlazando con la “Ruta de las Esculturas”, 

seguimos el refrescante curso del río Bogarra a modo de museo al aire libre, 

nos recrearnos a nuestro paso con diversas tallas esculpidas sobre roca caliza, madera o mármol. 


La zona bien merece nuestra atención, 

ponderada ahora por la belleza primaveral y la abigarrada vegetación.

La ciclabilidad termina en un rústico puente de madera, 

donde hemos de tomar a la derecha un sendero pateado junto a un canal; 

nos devolverá elevados entre huertos al pueblo de Bogarra; 

fue la antigua “Biguerra”, ciudad Tarranconense de la Bastetania. 

La Esfinge de Haches o la “Gioconda Ibérica”, encontrada en 1945 por un vecino de la zona a los pies de la denominada Torre de Haches, pone de manifiesto que en el siglo V antes de Cristo, Bogarra contó con una población ibérica; ascendemos 

por sus estrechas

 y retorcidas callejuelas

 de vuelta al aparcamiento, 

finalizando una ruta memorable en el Bar la Sarguilla.


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