Cerro de la Zorrera y Benamor

Accedo desde la carretera Moratalla-Campo de San Juan (MU-703), pasado el km 5,  desciendo desde una curva cerrada a la izquierda, por pista en buen estado durante 1 km hasta el río Benamor donde aparco.

Cruzo a pie por la derecha el Río Benamor, en unos metros tomo la pista hacia la finca del Cortijo del Robledo, 

cortando un ramblizo con agua;

 tras ascender un trecho, a mi izquierda queda el Cortijo de Los Barrancos bajo la Umbría del Buitre. 

Cruzo la valla 

para acceder a las ruinas del enorme Cortijo del Robledo, rodeado de almendros, tiene algunos nogales

 e incluso un bojín en el camino, 

pero destacan sobremanera los restos, 

del que tuvo que ser un magistral ejemplar, a tenor de su tamaño; 

investigo por el interior de los anexos, 

aunque muy deteriorados, nos dan idea de la vida dura del campo y las pocas comodidades de que disponían las gentes de estos lares.

Tomo por la derecha en el cruce al Cortijo de la Santa, 

pasado el mismo en el siguiente cruce asciendo por la izquierda, veo un puesto de caza, 

la pista acaba bajo la falda de la Sierra del Pajarero, inicio una dura subida por terreno suelto y pedregoso, a medida que tomo altura el paisaje se torna agradecido por las recientes lluvias, verdeando en algunas zonas; 

llegado a un collado(1201 m), giro a la derecha por traza senderil, siguiendo la cuerda lomera con vistas ahora de la Sierras de Pinar Negro y la Cuerda del Gavilán,

 alcanzo la cumbre del Cerro de la Zorrera (1339 m) donde tomo el mantente.

Se puede descender hacia el Oeste en dirección al Cortijo de las Tablas, 

bajar unos metros y hacerlo junto a un hito de piedras por el Norte

 o explorar otra posibilidad: Continuo descendiendo 

para abandonar la traza senderil y, 

cambiando de dirección salvando la cresta rocosa, 

buscar a media ladera alguna trocha que me conduzca al Collado de las Tablas.

Desde el Collado de las Tablas, sigo el descenso por un estrecho sendero que nace a mi derecha, 

se hace pista en algunos tramos, pasa demasiado cerca de unas colmenas

 y junto a una calera;

 

me permite observar algunas viviendas de la aldea de Benamor,

 antes de virar por la carretera hacia ella.

Pasadas las casas de la misma y un camino particular, inicio el descenso al Río Benamor por una construcción a medio realizar, 

monte través rodeo un aprisco enmallado caído, 

entre árboles caídos y abundante sotobosque, consigo bajar al precioso cauce, 

aunque no puedo transitar mucho por él ya que está invadido por la vegetación.

Subo por la ladera derecha alcanzando el final de una pista de cazadores; 

la sigo pendiente de torcer a la derecha por otra en desuso; se convierte en sendero

 y acaba perdida entre el matorral; como sé que la buena la tengo a mi izquierda, la busco atajando hasta dar con ella

 y descender pasando por otra calera

 al aparcamiento.

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