Cadavedo-Villademoros-Sendero Costero GR-204-Ermita de la Regalina

Acceso desde la Autovía del Cantábrico A-8, salida 451 por la NA-632ª Cadaveo, aparcamos junto a una nave ganadera en el Mesón La Granda.

Partimos por la estrecha carretera dirección Sureste, tras 250 m empezamos a ver las paneras típicas asturianas; 

tomando siempre hacia la derecha en los cruces, 

llegamos a la entrada del Hotel Torre de Villademoros, la torre construida en la Baja Edad Media, probablemente en el S. X/ XI; fue propiedad de los Villademoros, familia asturiana de antigua prosapia, descendientes del rey Don Pelayo; de carácter defensivo, parece haber sido aprovechada con fines militares durante la Monarquía asturiana.

Acaba aquí el camino y se inicia un sendero boscoso en descenso 

que atraviesa el Reguero Cogolla Villamoros 

y remonta 

al cementerio de Cadavedo; 

cambiamos de dirección por la izquierda, abandonando la pista asfaltada en 250 m por otra de tierra (Cadavedo-Cabo Busto GR-204) que se interna 450 m en un maizal

 hasta el límite costero marcado por Punta Formigosa.

Caminando por sendero herboso 

alcanzamos el cruce que, descendiendo a la izquierda, nos llevaría al Mirador de Fontaniecha sobre las playas de Campiechos y Clarín; nosotros seguimos por la derecha 77m, para girar a la izquierda entre dos alambradas, 

arriba de la playa de Churín

 con salida a la depuradora; la bordeamos por la derecha evitando un pequeño rodeo, realizando unos pocos metros campo través y enlazando con el sendero que viene de su izquierda; seguimos el estrecho sendero amparados por un cultivo de maíz (con su harina se hacen los tortos asturianos) hasta el promontorio sobre el Cantábrico 

donde se encuentra la Ermita de la Regalina con dos hórreos separados, 

una fuente 

y un mirador.

Cadavedo acoge la singular celebración de La Regalina o La Riégala, 

evento declarado Fiesta de interés turístico; se trata de una gran fiesta al aire libre que se celebra en el Campo de La Garita, situado a la vera de la ermita de esta Virgen. Con desfile de carrozas engalanadas que llevan los ramus de alfiladas (bollos de harina y nueces) y flores; 

se lee el pregón y baila la Danza prima; tras la misa, se inicia la procesión con la Virgen de Riégala, 

finalmente, comida campestre, dejando para la tarde los bailes y el tradicional sorteo de alfiladas. Aunque la Virgen tiene un origen legendario (que se remontaría al tiempo de las guerras contra los musulmanes), su fiesta fue creada en 1931 por el padre Galo Fernández.

Tras otear el horizonte desde su mirador 

sobre la espléndida Playa de Cadavedo 

y tomar el mantente, iniciamos la vuelta por carretera 

y las calles del pueblo con sus casas adornadas; 

rodeamos la Iglesia Parroquial de Santa María de Cadavedo

 al aparcamiento; rematamos la faena en el Hotel Restaurante Casa Fernando a la entrada de Ballota.

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