Playa fluvial y Castaños Monumentales de Balboa

Acceso desde la salida 419 de la A6 dirección Vega de Valcarce, pasando la localidad de Ambasmestas torcemos por la derecha a Balboa, aparcando en la extensa explanada junto al campo de futbol (42°42'27.61"N  6°55'23.94"W).

El pueblo de Balboa (comarca del Bierzo, León), ubicado en la entrada a la Sierra de Ancares, con 79 habitantes censados, puede presumir de poseer casas prerromanas de origen celta: las pallozas, construcciones de planta circular, con paredes de piedra y tejados vegetales normalmente formados por tallos de centeno que rematan en forma cónica semejantes al poblado de Astérix, el galo; rodeado de pueblos recostados en las laderas de las montañas, separados por pequeños valles, inmersos en un paisaje dominado por cuidados sotos de castaños y robledales.

Partimos caminando hacia la iglesia de Santa Marina de origen románico,

 a la bucólica zona de esparcimiento en la Playa fluvial,

 al fondo vemos la Casa de las Gentes, 

edificio reformado sobre una antigua nave polideportiva, 

nacido para servir de memoria, reivindicar la vida en los pueblos y enclave de las esculturas de Domingo González Vázquez; 

uno de los pocos museos en los que animan a tocar las piezas hechas de distintos tipos de maderas.

Entramos unos metros por el casco urbano, 

torcemos a la izquierda dirección Castañoso; 

por la Avenida Tese 

vemos en lo alto el Castillo de Balboa, fue propiedad del Conde Lemos y se encuentra en estado ruinoso; 

desde un pequeño salto de agua, 

tomamos pista encementada arriba entre castaños monumentales,

 vamos siguiendo el Camino Natural de la Mirada Circular (Ancares leoneses de Guimará a Balboa).

El castaño, proporciona fruto, 

madera y sombra, mejorando las condiciones del suelo; su fruto, la castaña, de sabor dulzón, sirve de base para confeccionar cremas, harinas, marrón glacé  e incluso cerveza.

Caminamos en silencio, 

algo sobrecogidos bajo las retorcidas y nudosas ramas de los castaños añejos;

 amparados por las sombras del tupido bosque, 

vamos observando las complejas formas de sus troncos, que tienden a quedarse huecos de manera natural, pasando a ser llamados en la zona, carocos; 

su madera ha sido ampliamente utilizada para los más diversos usos: pontones, vigas, muebles, toneles, barcas, postes y hórreos.

Cruzamos un regato, 

vemos dos castaños gemelos a la orilla del camino,

 pasamos por otra zona rica en robles

 y alcanzamos el Arroyo de Castañoso, donde nos damos la vuelta.

Cada árbol puede producir unos 50 kilos de castañas, la recolección se realiza en otoño, de finales de septiembre a mitad de noviembre; pueden conservarse en óptimas condiciones de temperatura y humedad, depositándolas en las oriceiras, son como almacenes entre los árboles donde además se encuentran protegidas de los animales; 

Pasado el cruce de la ida, me acerco a echar un vistazo a un gigantesco castaño con cartel, se trata del más longevo del valle, O Fiangueiro de Balboa, con más de 500 años, fue homenajeado en el festival Magosto Celta de Balboa en el año 2008.

A la entrada de la población vemos el cadáver de un Scapanus latimanus, una clase de musaraña o “topo pata ancha”, 

pasamos junto a una graciosa fuente 

y cruzando por la Pasarela de los Besos 

damos por concluido el paseo.

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