Ruta Dos Fornos

Las minas de Vilaoudriz fueron las minas de hierro más importantes de Galicia; la intensa actividad minera motivó la construcción de seis hornos de calcinación, un ferrocarril minero y el cargadero de mineral de Ribadeo, donde los buques mercantes lo transportaban a las grandes acerías de Alemania y Gran Bretaña; entorno a esta actividad nació el pueblo de A Pontenova; la Gran Guerra y sus secuelas económicas fueron devastadoras para el comercio del mineral de hierro español. La producción se inició en 1899 y se mantuvo con interrupciones hasta 1965.

Vamos a realizar la Ruta Dos Fornos, aprovechando el sendero creado por las pequeñas vías de los vagones que descendían hasta los hornos, atravesando túneles y minas abiertas.

Partimos desde el Área de Autocaravanas de Pontenova, caminando a orillas del Río Eo

 hasta la Plaza Dos Fornos, donde se halla la antigua estación del ferrocarril, sede de la oficina de turismo ahora y enclave de los Hornos de Calcinación de Vilaoudriz, monumento arqueológico-industrial de principios del siglo XX. 

El hierro era cargado directamente en el tren, mientras que de la limonita se extraía los residuos fosfóricos mediante un proceso de calcinación con el fin de evitar la debilidad que presentaba para el uso acerado posterior. 

Los restos eran empleados para abonos. Para ello se levantaron hasta cinco chimeneas durante 25 años, de 11 m de alto y 4 de diámetro.

Ascendemos por la pasarela de madera, 

para tomar la pista forestal entre eucaliptos con dos rampas duras; 

al final se convierte en sendero, internándose en bosque autóctono cerrado;

 pasaremos por la salida del antiguo tranvía aéreo, donde se lanzaban por cable, las tolvas cargadas de mineral superando el cauce del Río Turía.

Bajamos con precaución por la mucha pendiente, un corto trecho en zig-zag, 

llegamos a la trinchera que conduce a la Mina Consuelo; 

el entorno selvático

 algo aterrador y mágico a la vez; 

envueltos por la húmeda y exuberante vegetación, nos deja boquiabiertos y preguntándonos por donde se sale; 

a la vuelta del amplio interior de la caverna minera, 

veo a la derecha el agujero por donde seguir;

 lo hacemos ayudados por una cuerda, aunque esta escalonado el terreno; 

unos metros después cruzamos un corto túnel.

Seguimos descendiendo hasta el inicio de la tirolina, una de las más largas de Galicia; la instalación recrea el trazado del antiguo tranvía aéreo que llevaba mineral desde la ladera de la Mina Consuelo a la Mina Boulloso; una experiencia excitante, con más de 300 m de longitud y hasta 80 m de altura sobre el suelo; 

ya por pista, la ruta se bifurca (la versión corta, a nuestro juicio, es más interesante), 

entramos en Barrio Castelo, teniendo que aguardar bajo unos robles durante 20 min, a que pararse un inoportuno chaparrón veraniego, ya que las capas no van en la mochila y los chubasqueros sirven de poco ante tal cantidad de agua; 

seguimos a la derecha por la carretera LU-704 a Taramundi, cruzando el puente sobre el Río Turía

 y tomando pista encementada en subida por la izquierda (Camino Penelo). Cambiamos de dirección en el cruce por el Camino a Boulloso y Figueirua; 

cuando comienza a descender, a la altura de la recepción de la tirolina (donde aterrizaba el tranvía aéreo), 

dejamos el asfalto para torcer a la izquierda 

entrando por el túnel iluminado

 que nos saca al horno de calcinación del Grupo Minas de Boulloso. 

Tras echar una miradita desde su mirador, 

descendemos junto a la tirolina infantil Das Minas

 al área recreativa de Muinovo

 en  la carretera de vuelta a la salida.

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