Barrancos Molinos de Papel y Palomera

Accedemos a Molinos de Papel desde Cuenca por la CUV-9144; pasamos delante de la casa-palacio de los Señores de Cuba,

patio central con fuente ornamental y un panteón neogótico que alberga los sepulcros de los miembros de la familia Cuba y Clemente; data del siglo XVIII, en 1903 se añade el módulo de las escuelas, que posteriormente fue utilizado como centro social.

Cruzando el puente enfrente de la plaza ya en la población, aparcamos en el inicio de la senda botánica "Huerta de Las Parras" (40° 4'35.38"N 2° 4'34.32"W).

Salgo pedaleando en dirección Cuenca, dejando a la izquierda los restos de la Fábrica de Papel,

para tomar el camino (PR-36),

que me eleva rodeando la población;

empujo la bici al sendero que salva la zona inferior de la Hoz del Río Huécar;

paso por el vallejo de Valdeladrones con una escultura natural;

transito entre los cortados y un bosquete de robles; la Vega de Palomera desluce por falta de lluvias;

vuelvo a empujar la bici en el paraje de Las Eras a su mirador.

Continúo pista arriba, siguiendo recto en todos los cruces desde la Majada de las Vacas a Los Perjiles, cruzo el Arroyo de la Cueva del Fraile,

desciendo desde la Loma de los Mojones por la Hoya del Cebadal y Barranco de Montigre, para dejar la ancha pista a favor del bonito Sendero de la Pascualeja por el pequeño Arroyo de la Veguilla.

Antes de entrar en Buenache de la Sierra,

cambio de dirección hacia el Refugio de las Dehesillas,

dejando el campo abierto,

voy tomando pistas que se entrecruzan bajo el soberbio pinar;

en los Colladillos, cruzo el Camino de Buenache a Palomera,

descendiendo por pista degradada

al extraordinario Barranco de la Hoya Negra, donde se agradece la doble suspensión y las cualidades endureras de la ebike.

Poco a poco se abre el barranco ramblero, mejorando el firme en el cruce del Barranco de la Rambla con el sendero al Puente de la Pasada y las Pozas de Palomera;

pedaleo por el GR-66 junto al recién nacido Río Huécar;

pisteo por su bosque de ribera cruzando el Puente de la Pajosa, entrando en Palomera por su Puente de las Hoyas; conserva todavía alguna construcción de arquitectura medieval tallada en piedra y alguna casa en adobe y vigas de madera de los pinos de la Serranía, pintadas con la cal viva.