Encantamientos Barranco de los Lobos

 Accedemos desde Cuenca a Villalba de la Sierra, CM-2105; dejamos atrás el restaurante Vega de Don Sancho, giramos cruzando el puente sobre el río Júcar, para enlazar con la pista también asfaltada aunque con baches, que por la izquierda, nos lleva a una nave patatera, donde aparcamos.

Partimos caminando por la pista adjunta en progresivo ascenso, pasando por un enebral 

y campos de cereal, 

llegamos desde el Barranco de los Lobos a su Tiná.

entre cedros, 

pinsapos, 

acer platanoides

 y cercis siliquantrum (árbol de Judas o del Amor).

La pista forestal se halla rodeada de pinos rodenos, negrales o resineros; 

Cuenca fue durante el siglo XX, la provincia más importante de la industria resinera de España, 

en la cercana Villalba de la Sierra hubo una fábrica de resinas; 

la resina se usaba para la producción de colofonia (agente de encolado en masa del papel), alcanfor y aguarrás.

La pista se hace sendero aumentando su pendiente cercano al km 3, donde aparecen los primeros encantamientos. 

El relieve de la zona está dominado por altas parameras o “muelas” (Muela de la Madera, de Valdecabras...), 

destacando las hoces y cañones, así como los “tormagales” (la Ciudad Encantada de Valdecabras y Los Callejones de Las Majadas); estas muelas están fragmentadas por algunos surcos intramontañosos (Tragacete, Uña, Valdemeca..) donde se abren amplios valles.

El sendero se adentra brevemente en un lapiaz o conjunto de acanaladuras y oquedades que oscilan en longitud y profundidad en las rocas; 

estas rocas llamadas dolomías están formadas por carbonato cálcico y magnésico, son solubles en agua y les afecta especialmente la erosión, creando callejuelas laberínticas de plazas, tormos, arcos y puentes.

Dejamos el sendero para tomar a la izquierda por pista desaparecida, nos conduce a un visible aprisco;

 seguimos en subida al Cerro de las Carboneras; dejó a Rosa acompañada de una cabra curiosa, 

para que se tome el almuerzo en las ruinas de la Casa de las carboneras; 

me dirijo al cercano vértice geodésico (1361 m), 

explorando igualmente la zona contigua al valle, 

donde una roca alargada y encaramada en otra, se asemeja a un cocodrilo según la perspectiva claro.

Vuelvo sobre mis pasos para seguir por la pista de entrada a la principal, 

continuamos por la derecha hasta el cruce pistero, 

donde viramos a la derecha en dos ocasiones, 

encontrando dos Terfeziaceae, criadillas de tierra, turmas de tierra o trufas del desierto; 

se trata de un hongo que establece una asociación simbiótica (micorrícica) entre las raíces de plantas y sus hifas. Son apreciadas para uso culinario.

Vemos a nuestra izquierda el Barranco de la Hocedilla, 

a la derecha el Barranco de los Lobos por el que hemos venido; 

alcanzamos una cota de 1342 m; la pista cada vez menos pateada, 

nos sorprende con un bello arco de roca; 

nuevamente dejo a Rosa que conteste una llamada teléfonica, mientras pisteo un trecho

 a explorar en la Loma de los Lobos, las formaciones rocosas esculpidas por la acción del agua, el viento y el hielo que se muestran a mi derecha.

De vuelta a la pista 

junto al arco, 

vemos un dinosaurio pétreo, 

poco más adelante tenemos que rodear parcialmente  otros profundos y preciosos callejones; 

monte través comenzamos a descender por un trocha desdibujada, para enlazar con el sendero de la ida

 y volver al punto de partida.



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