Murcia-Finca Mayayo-Cordel de los Valencianos-Las Llanas-Majal Blanco

Parto desde el Auditorio Víctor Villegas de Murcia por la orilla del Río, 

dejo el carril bici para cruzar por el Puente Inacua 

hacia la mota del río, giro a la izquierda, cruzando desde Barriomar la carretera de Alcantarilla y el desmantelado paso a nivel; tomando el Carril Torre de Los Ibáñez y la Acequia Barreras; 

por los Caminos de Los Partidores y Almarchas, paso Aljucer; por el camino Viejo de Aljucer, cruzo por la pasarela de El Palmar sobre la autovía; 

rodando junto al Reguerón 

salgo a la carretera de la Paloma, tuerzo hacia Sangonera la Verde y subo por la Calle Juan Bernal Aroca; enlazo por la derecha con el Asador de Rita y por su esquina, tras dejar el asfalto, pedaleo por sendero florido al Carril Carriles; 

pasando bajo la autovía Murcia-Cartagena, accedo a la Finca Mayayo y su eucalipto, el más grande de la Región de Murcia, con 6,40 m perímetro o cuerda y 30 m altura.

Continuo por el marcado sendero enfrente del eucalipto

 y paralelo al Cordel de los Valencianos hasta Las Cuevas; tuerzo a la derecha por pista; se hace sendero muy empinado y de firme irregular con piedra suelta; 

serpentea hasta alcanzar su máxima cota, desciende por suelo de roca pulida a la pista que, por la izquierda en ascenso, 

entronca con la asfaltada de las Llanas; 

tras 1,1 km paso por la izquierda junto al vallado de la finca; pisteo 470 m 

para coger por la derecha el Sendero de los Mojones

 a la Calzada Romana, 

la sigo por la izquierda descendiendo a la Rambla del Pocico.

Se encuentra destruida por la escorrentía, un aliciente trialero más; 

salgo de la rambla a la pista en subida hacia las ruinas de las Casas Altas con dos plantas, un gran patio, varias cuadras y un palomar, de hace aproximadamente doscientos años, en la planta baja vivían los caseros, quedando reservada la superior para cuando venían los señores. Estas casas de labranza, servían como residencia de verano de los propietarios. El edificio principal con 20 metros de fachada por 9 de fondo, disponía de un gran portón a la entrada, para que carros y caballerías aparcasen en el patio, fuera se extiende una era destinada a la trilla mayormente. En conjunto coexistía el duro trabajo agrícola desempeñado en sus bancales, con la apartada vida de los caseros y el interés económico de los dueños.

Desde la era, tomo el camino a la izquierda, 

conduce en descenso 

hacia el desvío que he de tomar para cruzar un ramblizo y ascender primero por pista y después por sendero con mucha inclinación a la Urbanización de Torre Guil; 

salgo a la carretera que bordea el Majal Blanco, finca forestal situada en los límites del Parque Regional El Valle y Carrascoy, serpenteando en el Barranco de los Cañones, dejando atrás el antiguo Cemacam y la Plaza de Las Moreras; 

desciendo atento

 a cambiar de dirección por la  pista con cadena

 a las ruinas de la Casa de la Perdiz, 

voy a realizar un bonito descenso trialero de escasa dificultad, si no estuviese el firme resbaladizo por la roca y con barro en tramos de umbría; 

acabado el descenso, el coqueto sendero en la Cañada de las Oliveras, lecho del Barranco Blanco, se convierte en una trampa de agua y barro 

por la composición de su tierra y la disposición en embudo ramblero. 

El nombre de "Barranco Blanco" se debe al color gris claro de la roca que lo constituye: las margas, rocas de permeabilidad muy baja, de poca consistencia y fácilmente disgregables.

Tras quitar el barro que la impide rodar, salgo por una casa en ruinas, ahora rodeada de cultivos, 

a la pista Vereda Real/Cordel de Los Valencianos; cruzo por el Club Hípico de Carrascoy, 

dejo el Cordel para dirigirme por el Centro Penitenciario 

a enlazar con el track de la ida en el Palmar; como he perdido un tiempo precioso lidiando con el barro, cambio de planes y me vuelvo por donde he venido.

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