Paseo botánico del Barranco de la Regidora y Árboles del amor en la Hacienda de Carrascalejo

Accedemos desde la Autovía Murcia-Caravaca (RM-15), por la salida Nº 46, Vía de Servicio al Cristo del Carrascalejo; aparcamos en la explanada a la entrada de la Hacienda de Carrascalejo, pertenece desde 1850 a la familia Pidal que lleva cinco generaciones elaborando vinos de cosecha propia; 

junto un Kiosko y zona ajardinada, con cipreses (Cupressus sempervirens, C. arizonica), pino canario (Pinus canariensis), pino doncel (Pinus pinea), árboles del amor (Cercis siliquastrum) y ailantos (Ailanthus altissima).

Salimos caminando por la pista asfaltada entre arces, 

visionando verdes campos de cereal; 

en 730 m, cruzamos bajo la autovía en zona embarrada; 

seguimos pisteando 150 m paralelos a la autovía disfrutando de una atmósfera limpia y la lejana población de Bullas, 

dejamos la pista principal en 560 m por otra en peor estado, 

pero en 160 m, la dejamos para girar a la derecha por bancal plagado de lechetiernas, 

lindando con el pinar progresamos 

hasta enlazar con la pista de vuelta; esperamos a que pase un rebaño de ovejas.

Avanzamos paralelos al Barranco de la Regidora o Asomadilla, baja con bastante agua, fruto de las recientes y persistentes lluvias; 

lo cruzamos, 

al igual que bajo la Autovía RM-15 Murcia-Caravaca, 

vemos un nazareno ya que estamos en Semana Santa,

 cruzamos la carretera por la que vinimos, 

para descender

 al paseo botánico del Barranco de la Regidora, 

su vegetación de galería está constituida por caducifolios en la zona más húmeda y perennifolios en las zonas laterales alejadas del cauce; unos carteles nos hablan de las aves y mamíferos que encuentran su alimento en este ecosistema, que forma parte de la cuenca del Río Quípar; 

con choperas (Populus nigra) y alamedas (Populus alba); dispersos aparecen fresnos (Fraxinus angustifolia), Celtis australis, Laurus nobilis, Quercus rotundifolia y Pinus halepensis.

Paseando entre sombrías pasarelas y puentes de madera, cobijados por tamaña densidad arbórea y envueltos con matorrales constituidos por Quercus coccifera, Salix atrocinerea, Daphne gnidium, Pistacia terebinthus, Pistacia lentiscus, Rhamnus lycioides, R. oleoides, Berberis hispanica, Genista scorpius, Ulex parviflorus, y Rosmarinus officinalis; (el tomillar está constituido por Thymus vulgaris, Sideritis leucantha y Satureja obovata); vemos algunos grandes árboles tronchados.

Cruzamos la Vía Verde del Noroeste, 

acabando el otro tramo acondicionado, 

seguimos por la misma durante 300 m, 

tras pasar bajo el puente 

por la derecha salvamos el talud y enlazamos con el camino de la Hacienda de Carrascalejo, rodeados de Cercis siliquastrum, 

el Árbol del amor, su nombre proviene del color rosa de sus flores y de la forma acorazonada de las hojas; también se le conoce como Árbol de Judas, Árbol de Judea, Ciclamor o Algarrobo loco. 

Según cuenta la leyenda, Judas Iscariote se suicidó ahorcándose en uno de ellos; 

sus señas de identidad son: Árbol caducifolio con una altura entre 6 y 12m; de llamativa floración rosa violáceo, se extiende desde Abril a Mayo a lo largo de las ramas y antes de que broten las hojas; 

existe una variedad de flores blancas: Cercis siliquastrum 'Alba'. Sus frutos se han empleado en medicina popular como astringente; 

las flores tiernas pueden ser consumidas en ensalada y en algunas zonas, se escabechaban con vinagre los brotes florales, 

su madera no es de buena calidad, pues se tuerce con facilidad y se descompone pronto a la intemperie.

Acabamos entre pinos y tierras cultivadas de almendros, cereal y vides, 

al aparcamiento.

Comentarios