Ruta de la Espiritualidad en El Valle

Vamos a realizar un recorrido como parte de la historia espiritual de El Valle, donde los antecedentes históricos y el contexto son muy interesantes: Un santuario ibérico a pocos metros del Eremitorio, restos tardorromanos en localidades  próximas (mausoleo de La Alberca y basílica paleocristiana de Algezares), animan a entender la vida monástica en los alrededores del Santuario de la Fuensanta, de Santa Catalina del Monte y de La Luz.

Accedemos desde la Carretera de La Alberca, RM-302, por la Urbanización del Verdolay, al  Convento de Santa Catalina del Monte con aparcamiento para nuestro vehículo (37°56'2.17"N   1° 7'54.84"W).

El Convento de Santa Catalina del Monte, fue mandado construir por el Obispo D. Victoriano López Gonzalo entre 1789 y 1805. 

El obispo D. Francisco Landeira Sevilla (1861-76) reparó el palacio, para establecer en el convento-hospedería una comunidad de legos (los hermanos legos tienen como propósito el apoyo práctico en la gestión de talleres, granjas, cocinas y otras dependencias). 

El primitivo convento fue destruido en la Guerra Civil, y ahora el palacio, reconstruido, acoge a la comunidad franciscana.

Partimos caminando carretera arriba hacia la izquierda por la Calle del Pino, 

conectamos con la Calle de la Luz, 

ascendiendo al Eremitorio de la Luz, 

rodeando los muros del monasterio, 

entramos en el mismo observando el  frontón clásico con la hornacina de la Virgen con el Niño y dos figura s infantiles a sus pies; 

sobre la puerta de acceso, hay un relieve con el corazón de Cristo coronado de espinas y un corazón de la Virgen traspasado por un puñal (recordatorio de los pasos del vía-crucis); 

en su interior la nave central con capillas y crucero rematado por cúpula.

Nos encontramos en un paraje de cuevas para morada de peregrinos convertidos en ermitaños, en su búsqueda de aislamiento y meditación allá por el S. XV.; más tarde fundarían diversas Congregaciones y Órdenes religiosas en la zona, entre ellas la de Los Hermanos de la Luz, cofradía integrada por un grupo de anacoretas que subsistían de los productos de sus tierras y de la limosna.

Los Hermanos de la Luz más representativos fueron Miguel de la Soledad, habitante de la Cueva de la Hiedra, donde construyó un oratorio dedicado a Nuestra Señora de la Soledad y el Hermano Pedro de la Santísima Trinidad fundador del monasterio e iglesia, llevo a cabo la plantación del olivar y la pinada frente al mismo, solicitando del Ayuntamiento de Murcia los terrenos y de esta manera pasó a ser el patrono de esta fundación; en 1696, el Obispo Fernández de Ángulo, concedió a los ermitaños el permiso para levantar un oratorio que es la actual iglesia del monasterio, se abrió al culto público en 1701.

Para evitar el decreto de desamortización que hubiera supuesto la expulsión inmediata de los hermanos, el Ayuntamiento de Murcia en 1836, hizo valer ante el gobierno central su derecho de Patronato del Eremitorio de La Luz, y de los terrenos circundantes, alegando que eran propiedad de la ciudad, cediendo el arriendo al Hermano Mayor de la Comunidad, no como religiosos, sino como cultivadores de aquellas tierras, cambiando los hábitos por ropas de labradores, reservándose el Cabildo sus «dos habitaciones». 

El “arriendo” era de 50 pesetas anuales, que volvían inmediatamente a manos del Hermano Mayor, al presentar este un justificante de haber realizado obras por la misma cantidad; estos cenobitas elaboraban con cacao el “chocolate de La Luz”, en 1975 aún se vendían dos clases de chocolate, ambas realizadas con cacao, pero al aumentar el valor del mismo, deciden sustituirlo por las algarrobas, por eso en las terrazas de cultivo externas al convento hay bastantes algarrobos, igualmente vendieron miel, escobas, aceitunas y pan de carrasca. 

Durante siglos, la labor de los religiosos se había centrado en ayudar a los más necesitados, a pesar de que en algunas épocas estuvieran ellos más desamparados que nadie. La Peña Huertana “El Almirez” de Santo Ángel, cuya patrona es la Virgen de la Luz, viene celebrando desde 1980 una romería que traslada a la Virgen de su eremitorio hasta la parroquia del pueblo. Existe un cuadro titulado Eremitas, conservado  en  el Santuario de la Fuensanta que ilustra este modo de vida.

Seguimos por carretera y sendero de la Cañada Real de Torreagüera, 

cruzando el Barranco del Sordo 

al Santuario de la Fuensanta; 

comenzó a edificarse en 1694 sobre los restos de una antigua ermita medieval, es de estilo barroco, el portal central está construido de piedra con una puerta, sobre la que hay dos ángeles sosteniendo el escudo del cabildo catedralicio de Murcia, en el centro se encuentra la figura de la Virgen de la Fuensanta realizada por Jaime Bort, a sus lados se hallan San Fulgencio y San Patricio. 

Es la patrona de Murcia (En la feria de septiembre, la imagen se sube en una multitudinaria romería al Santuario de estilo barroco, costumbre arraigada desde que terminase con la sequía en el siglo XVII). 

El santuario se encuentra al cuidado de las monjas benedictinas y está rodeado de diferentes construcciones religiosas: la Fuente Santa con un frente de estilo renacentista, la casa del Cabildo con un mirador y el monasterio de las monjas benedictinas junto al santuario; 

el origen del culto a la Virgen de la "Fuente Santa", viene de una leyenda que narra la aparición del milagroso manantial que riega el paraje. 

La Virgen de la Fuensanta viaja en dos ocasiones al año a la Ciudad de Murcia, la más importante, la Romería mayor, en martes de “bajada” tradicional y multitudinaria, en las "Siete Cuestas" que la separan del Santuario, muchos romeros la ascienden en señal de promesa de rodillas o descalzos.

De vuelta por carretera, tras el cruce a los teatinos, 

torcemos a la izquierda pasando junto a la barrera del Camino del Apóstol, buscando la Senda Amarilla

 en abrupto ascenso 

al Mirador de la Naveta, 

donde admiramos la Vega Murciana; 

cruzando la pista del relojero, tomamos el sendero

que deriva por la izquierda hacia el Sendero del Ascensor, en el cruce, continuamos por la derecha y también en la bifurcación con el Sendero de Los Barrancos, que seguiremos, 

pasando dos tramos complicados por las recientes lluvias; 

cruzando la Rambla de Los Serranos

 alcanzamos la Casa de la Oración (Casa los Vigueras) 

conjunto de construcciones enfocadas al recogimiento y la meditación donde tomamos el mantente.

Volvemos pisteando al Camino de Los Puros; 

subimos al cruce de pistas con el Pico Relojero, para descender hasta el cortafuegos, donde iniciamos el pronunciado descenso a un collado, 

después ascendemos a una cota de 396 m, donde disfrutar de las vistas sobre la vega murciana; 

el sendero desciende para cortar la pista de la Tubería o Camino del Apóstol y tomar el Sendero del Cabezo de La Luz (que los biker denominamos “las caídas” o “el zig-zag”), 

realizamos una parada en la Cueva de la Hiedra 

y descendemos a la entrada al Centro de Visitantes de la Luz, donde coger el Sendero Cultural El Valle.

Seguimos paralelos a la carretera

 bordeando el Castillo de La Luz 

por sendero señalizado, dirigido y acondicionado

 en los metros finales

 a la Ermita de San Antonio El Pobre

 con su centro de información; 

su aspecto actual data del siglo XVIII, según los cánones del barroco popular murciano; 

se trata de un edificio que consta de iglesia y dependencias para albergue del ermitaño y una cueva excavada en la montaña. 

Esta ermita está asociada al conjunto de construcciones religiosas que forman parte de Santa Catalina del Monte. 

Solo nos queda un corto trayecto al aparcamiento.

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