Paseo botánico por El Valle

Accedemos al aparcamiento del Arboretum (jardín botánico con 8 terrazas y especies de los 5 continentes), 

comenzamos a caminar en ligero ascenso paralelos a su vallado, 

por la derecha veremos granados y lechetiernas (Euphorbia serrata), su savia contiene un látex rico en ésteres, que se ha utilizado tradicionalmente en España como catalizador del cuajado de la leche; podemos comprobarlo cortando un tallo y veremos manar la sustancia lechosa por la cual se le apoda, pero no tocar la piel con ella o nos producirá una pequeña quemadura a modo de lunar; 

pasamos junto a varios algarrobos (Ceratonia siliqua), muy resistentes a la sequía, con sus semillas se obtienen derivados empleados por la industria alimentaria como aditivos naturales; las vainas se usan como forraje y con el fruto, la algarroba, es posible preparar un sucedáneo del chocolate llamado carob (algarrobo en inglés), muy utilizado en alimentos dietéticos.

Dejando a nuestra izquierda unos eucaliptos, empleados por su rápida velocidad de crecimiento y gran volumen de producción de madera en industrias papeleras, madereras o químicas, ya que el aceite esencial de las hojas de eucalipto, es usado como descongestionante nasal y para combatir infecciones respiratorias. 

Subimos los escalones junto al Albergue juvenil, 

cruzamos el asfalto entrando en una zona rica en plantas, a destacar por nuestra izquierda los Espantalobos (Colutea arborescens), sus saquitos de semillas emiten un sonido parecido al sonajero y sus flores amariposadas amarillas en pequeños racimos colgantes son muy bonitas; 

enfrente sobre la roca, el pinillo, 

la uva de gato 

y abajo las candilejas (Arisarum vulgare)

unos metros a la derecha ,aparece enredada la rubia peregrina o pegalosa, porque dispone de pequeñas púas en forma de gancho, que le permite engancharse al pelo de los animales y la ropa de las personas, para poder expandirse por el territorio; 

pasamos junto a unos bayones (Osyris lanceolata), 

siguiendo la antigua canalización  al puente acueducto.

Dejando atrás unos cipreses, su resina se ha empleado en perfumería, sus hojas y gálbulos han sido quemados como incienso desde tiempos antiguos; el aceite esencial destilado a partir de ramas de C. sempervirens, se emplea aún hoy para mejorar la circulación y sus  hojas como astringente, insecticida y tinte capilar; 

torcemos por la izquierda a la altura de unos eucaliptos, con refugios artificiales para murciélagos arborícolas y fisurícolas, se colocan cuando una zona carece de refugios naturales, sin embargo no son útiles para las especies cavernícolas; cada especie de murciélago tiene unos requerimientos particulares; 

al cruzar la Rambla del Valle

 vemos las flores amarillas de la coronilla glauca; 

pasamos junto a una covacha

 en zona donde las arañas tejen sus nidos bajo los huecos del talud;

 aparecen en el borde ramblero, la siempreviva (Helichrysum italicum), denominada así por su resistencia en ambientes hostiles; su aceite esencial se usa en la regeneración de la piel; 

en la curva de la pista seguimos rectos en ligero descenso.

Entroncamos con el camino de piedras 

hacia las charcas artificiales, hábitats de anuros, 

la lista de los anfibios del Parque Natural de El Valle se limita al Sapo común (Bufo spinosus) “el gigante tranquilo” o “sapo espinoso”, es el anfibio más grande de la Región y de España; 

la Rana común (Pelophylax perezi) “una gran nadadora”, es uno de los anfibios más comunes y abundantes en el sureste peninsular, 

el Sapo corredor (Epidalea calamita) “el explorador incansable”, es el anfibio más rápido en tierra y el sapo común (Bufo bufo) o sapo europeo; 

el Sapo partero ha sido introducido en Sierra Espuña. Es característica casi común de los anfibios esconderse durante el día, activarse al atardecer o en caso de lluvia y cazar de noche.

Comenzamos observando un aladierno (Rhamnus alaternus) 

seguido por una coscoja 

y un madroño (Arbutus unedo), su crecimiento es muy lento, florece en otoño, con sus frutos se preparan gelatinas, mermeladas, confituras y aguardiente, tiene fama de embriagar, tanto los pájaros que lo picotean, como a las personas que se atiborran con la dulzura de sus frutos maduros; 

echamos un vistazo a las charcas 

y a una esparraguera (Asparagus officinalis) usada en alimentación y medicina. 

Pasamos junto a unos hormigueros 

para tomar el sendero que vira a la izquierda, hacia la pista que abandonamos anteriormente en una curva; 

seguimos por la derecha con muestras de romero (Rosmarinus officinalis), ampliamente utilizada desde la antigüedad, tanto en la medicina popular como en la gastronomía, la cosmética y la higiene; considerado como el Ginseng español “De las virtudes del romero se puede escribir un libro entero”.

Vamos en claro ascenso

 con la vista puesta en una higuera (Ficus carica), algunas producen en junio las brevas, y los higos entre finales de agosto y principios de septiembre; 

se convierte en sendero y empina a la altura de unas bonitas y tóxicas viboreras (Echium vulgare); 

el sendero se adentra por una zona de espinos negros (Rhamnus lycioides), 

arbustos espinosos donde el Alcaudón ensarta a sus presas a modo de despensa, 

sus ramas se han utilizado para cubrir las tapias de los corrales y como lindero en la separación de tierras. Cruzamos bajo un pinar de carrasco (P. halepensis), especie de rápido crecimiento y resistente a la sequía, evita efectos erosivos y son económicamente rentables en el sector maderero.

Enlazamos con el Sendero del Cerro de las Columnas ,para descender con abundantes restos de piñas comidas por las ardillas

 y albaidas (Anthyllis cytisoides), en Murcia se ha usado como leña, para hacer los marcos usados en la cría del gusano de la seda y ocasionalmente como escobas; 

alcanzando la Rambla del Valle ,vemos muestras de tomillo, una planta aromática que cuenta con propiedades medicinales, 

doblamos por la izquierda en la Pista del Relojero, donde sobresale entre la espesura una palmera silvestre (Phoenix dactylifera), se suele cultivar por su valor ornamental o para aprovechar sus frutos, los dátiles. El picudo rojo ha causado estragos en ellas.

Cortamos a la altura de la valla y Albergue la carretera al Sequén, seguimos por pista a la Balsa Redonda del Valle, 

encontrando un pino canario aislado (Pinus canariensis), 

rodeamos la balsa 

y descendemos por las escaleras donde se hallan los aseos al Área de a Balsa; 

desde la esquina del arboretum, iniciamos el sendero “A cada paso una Historia”, 

con abundante vinagrillo (Oxalis pes caprae), solemos verla en los cultivos de cítricos, donde forma un tapiz de hojas que cubre el suelo; 

nos acercamos

 a los antiguos Hornos de Yeso; 

de vuelta al sendero 

pasamos juntos a unos granados (Punica granatum), nativo de la región desde Irán hasta el Himalaya, se ha cultivado desde la antigüedad por toda la cuenca mediterránea; actualmente demandados por sus propiedades antioxidantes.

En un reducido espacio hallamos malvas (Malva sylvestris), 

en muchas especies se comen sus hojas como una verdura, se utiliza en la medicina popular por sus propiedades de limpieza de colon; 

jaras (Cistus albidus), conocidas como estepa o jara blanca, es una de las pocas especies de jaras que no tienen flores blancas, sino rosadas; 

vemos señalizado un pino piñonero (Pinus pinea), también conocido por doncel o albar, produce como semilla grandes piñones usados en numerosos platos mediterráneos, su precio comienza a ser escandaloso (90 €/Kilo).


 Finalmente observamos el porte arbustivo de un olivo silvestre, un acebuche (Olea oleaster).

 Enlazamos en subida con la pista del Centro de Interpretación

 al Arboretum

 de vuelta a los coches.

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