Cartes-Parque del Ansar-Vía verde del Besaya-Parque de la Viesca-Lagos de la Barquera

 

Aparcamos en el Área de Autocaravanas de Cartes, ubicada en el Parque del Ansar, se extiende por los terrenos del municipio entre Cartes y Riocorvo (1,3 km).

Partimos caminando por el sendero del magnífico parque siguiendo el curso del Río Besaya, 

paseamos bajo un bosquete de eucaliptos

 y vemos una playa fluvial 

en el recodo del cuidado camino,

 cruzamos bajo el puente de la N-611 al Aparcamiento de la Vía verde del Besaya;

 en 1,40 km,

 entramos en el El Parque de la Viesca, resultado de la recuperación de 165.000 has destinadas durante casi 150 años a la extracción de zinc de la mina que había en Reocín, lo comparte el núcleo de Santiago de Cartes con Reocín y Torrelavega.

Echamos un vistazo al Puente de la Barquera, 

construido hace más de 80 años por la Real Compañía Asturiana de Minas, 

para comunicar los accesos a la explotación minera con la ciudad, una pasarela metálica de 60 m de luz y de 1,5 m de anchura; 

seguimos por el carril bici compartido, tras un pequeño ascenso,

 giramos a la izquierda junto a la carretera, 

pasando por el monumento homenaje a las Victimas del dique de La Luciana, tragedia que acabo con la vida de 18 personas en 1960.

Poco mas adelante, en el Barrio de La Barquera, 

cruzamos la carretera para observar el edificio rehabilitado del antiguo Hospital de la real Compañía Asturiana de Minas,

 destruido por el alud de fango, consecuencia de la rotura del dique de La Luciana.

Volvemos a cruzar la carretera

 para ascender por un repecho

 y tomar a la izquierda una pista, 

se hace tupido sendero

hasta conectar con otro, 

por el que torcemos a la izquierda de vuelta;

 en un cruce

 descendemos unos metros a la derecha, para observar uno de los dos Lagos de la Barquera,

 el zanjón, correspondiente a la gran explotación a cielo abierto de la compañía minera AZSA; 

ahora inundado con el agua que aflora del subsuelo.

Continuamos sendeando 200 m escoltados por el alto arbolado,

 torcemos a la izquierda en fuerte descenso, 

hacia el que debería ser el otro lago, ahora colmatado. 

El precioso sendero

 tuerce a la izquierda dejando un ramal

 y descendemos bordeando un antiguo campo de fútbol

 adornado por la vegetación, 

donde los matices cromáticos nos encantan.

Tras entroncar con el track de la ida en la via verde, 

la recorremos de vuelta entrando en la población de Cartes, una de las villas cántabras que mejor ha conservado su disposición originaria medieval, caminamos por su calle principal, heredera del antiguo trazado del Camino Real (diseñado a mediados s. XVIII unía Santander con Reinosa); de origen celta, Cartes asimila en su topónimo los conceptos de “roca” y “corriente de agua”; pasadas las primeras viviendas entramos en el casco antiguo y sus casonas de solanas y balcones. Vamos entretenidos estudiando sus fachadas, empezando por la Ermita de San Roque, antigua capilla del Hospital de pobres y peregrinos de San Sebastián, ya en ruinas a mediados del S. XVII; conserva en su interior las dos tallas barrocas de sus patronos San Sebastián y San Roque. Seguimos por la casona corral y edificios auxiliares del capitán Miguel Velarde, solar medieval de los Bustamante, conserva del S. XVI los rollos de sus esquinas; durante el S. XVIII fue la sede de un importante negocio de importación de vinos de la Nava del Rey, el intercambio comercial más importante, a excepción de las ferias de ganado.

Le sigue Puebla de Los Ángeles, palacete historicista neogótico construido en 1898, levantado por D. Fernando Pérez, quién tras su estancia en Andalucía (Puerto de Sta. María) marchó a Indias, regresando a Cartes desde la ciudad de Puebla de los Ángeles en México.

Pasamos bajo el Torreones de Cartes, casa-fuerte del S. XV, sede de la audiencia, cárcel, fielato y residencia del gobernador de los territorios jurisdiccionales del condado de Castañeda y marquesado de Aguilar. 

Continuamos por la Casona Quijano Mier, de principios del S. XVII, 

de cuya fachada destaca su escudo, la guirnalda labrada en su arco y la curiosa decoración de su ventana inferior, 

adosada a la misma se halla la Casona de Dña. Melchora Quijano (Casona de Quijano Ceballos), construida por el miembro de la Inquisición, D. Toribio Sánchez de Quijano, conservándose el escudo de su nieta, Dña. Melchora Quijano.

Seguimos con la Casona Obregón, ocupa dos solares medievales unidos por el indiano D. Miguel de Peredo a mediado el S. XVII; en 1800 pasó a la familia Obregón que colocó su escudo policromado en la solana. 

Vemos a la derecha la Capilla Divina Pastora, edificio con fachada de gran calidad constructiva y sencilla composición; se erigió en el S. XVIII sobre una casa de soportal abierto.

Aparece a nuestra izquierda la Casa de La Puente y su interesante fachada de composición barroca, aunque construida a mediados del s. XIX; el escudo representa las armas de La Puente González-Bustamente; de ésta casa fue D. Juan González Bustamante, indiano en Cuba. 

Enfrente se encuentra la Casa Oviedo, conserva una bonita portada gótica (posiblemente S. XV) con una curiosa inscripción medieval en la clave del arco, aún no descifrada. Unos metros mas adelante, en la otra acera, la Casona de los Arcos (antigua casa rectoral), introduce una solución de arcada barroca en piedra como cierre del zaguán, para facilitar la actividad comercial. Terminamos con la Casona de los Quijano-Rasa (Casa Consistorial), solar medieval de la Casa De la Vega; en el S. XVI lo reconstruye D. Pedro Sánchez de Quijano conservando de entonces su fachada norte.

Descargar track







Comentarios