Casa Forestal de la Carrasca-Sendero Pedro López-Cueva de la Plata-Casa del Pinillo

 

Acceso desde la Autovia Murcia-Lorca por la salida 609 en dirección Aledo (RM-502); pasado el mismo, continuo hacia Zarzadilla de Totana, para torcer hacia Las Alquerías entrando en Sierra Espuña; pasaremos por los Pinos Donceles, el Mirador del Collado del Pilón 

y el Collado Bermejo (1201 m), aparcando antes de la valla hacia el Collado Mangueta e inicio de la Pista Forestal La Carrasca.

Comienzo a caminar pisteando al cruce

 con el descenso

 a la Casa Forestal de la Carrasca, 

una de las zonas donde se acondicionaron instalaciones para la adaptación del Arruí o Muflón del Atlas (Ammotragus lervia), introducido en España para intentar paliar la desaparición en la zona de la cabaña ganadera, manteniendo despejado el sotobosque contra incendios e incrementando la diversidad cinegética; 

se hizo en 1970 en Sierra Espuña con fines cinegéticos. Su hábitat original es el Norte de África y la repoblación contó con 9 machos y 18 hembras, procedentes de zoológicos de Casablanca y Frankfurt.

Continuo por la pista 

a su final con otro cercado, abandonado como todos los que voy a recorrer en esta ruta de cercados, comederos e historia de este ungulado que pudo ser la insignia de Sierra Espuña

 ya que presentaba un gran currículo: especie de montaña que se desenvuelve perfectamente en riscos y cortados ubicados en un clima seco, semidesértico; básicamente ramoneador, no hace ascos a frutos y pastos más frescos, incluso llega a nutrirse en cultivos cercanos y eso le va a ocasionar graves problemas.

Acometo monte arriba un tramo empinado sorteando matorral, para acceder al sendero que, desde la Carrasca, enlaza con la pista del Sendero Pedro López; 

la sigo observando charcas de anfibios y abrevadero; 

le echo un vistazo a la Cueva de la Plata, 

un abrigo rocoso usado como refugio por los pastores que antaño pululaban por estos parajes; 

continuo a la izquierda en la bifurcación 

descendiendo

 a otro extenso cercado de aclimatación; 

no veo ningún arruí a pesar de que es temprano y se alimentan al atardecer y en la madrugada; en la época de celo tienen lugar tremendos combates entre los machos. Por lo general tienen una sola cría después de cinco meses de gestación. Tanto los machos como las hembras tienen cuernos, siendo los de las hembras mucho más pequeños y delgados. Se diferencia del resto de especies de este género por la presencia de un penacho de pelo largo que le cuelga en el cuello y en las patas delanteras. 

Ante la ausencia de enemigos naturales y otros herbívoros competidores, su número fue aumentando a gran velocidad con una rápida colonización de las sierras circundantes (Pedro Ponce, Cambrón, Burete, Carrascoy...) e incluso algunas tan distantes como la Sierra del Gigante en Lorca y la Sierra de María al Norte de Almería. Las hembras son las encargadas de dirigir el grupo. Cuando se sienten acosados o en peligro huyen hacia zonas más abruptas y escarpadas y lo hacen corriendo en fila india.

Deshago el camino de vuelta a la bifurcación donde se encuentra Casa Nueva, 

antaño almacenaban aquí los sacos de pienso con que se alimentaban a los muflones; 

ahora tiene un inquilino. 

Continuo pisteando y tomando altura hacia el Collado del Húmero; 

voy atento a tomar un sendero de cabras 

que, poco a poco, se pierde entre el pedregal hacia las ruinas de la Casa del Pinillo, giro a la izquierda a lo alto del cerro, donde disfrutar de las magníficas vistas sobre los Cuchillos del Malvariche y la Sierra de Pedro Ponce, 

monte través voy descendiendo y derivando hacia las ruinas de la Casa del Pinillo; 

cruzo entre las alambradas hacia un bebedero circular

 y unos metros abajo, penetro en otra antigua zona de aclimatación de los Arruis, donde perviven comedero y abrevadero.

En el año 1992 se declara en la Reserva Nacional de Caza de Sierra Espuña (1973), una epizootía de sarna sarcóptica que diezmó la población de forma alarmante. 

Con el fin de ayudar a la recuperación de las poblaciones y de mejorar el hábitat de la especie, se realizaron diversas obras como: capturaderos, cercados, bebederos, siembras y aporte de piensos medicados.

Entre 2014 y 2017, la Consejería de Medio Ambiente, presionada por una parte del colectivo de agricultores, que denunciaban un incremento de daños en los cultivos por la acción de los arruís, a los que la intensa sequía empujaba hacia las partes bajas del parque regional en busca de alimento, ordenó el abatimiento de 2.200 de estos ungulados, para dejar una población estable de 300 ejemplares (Plan denominado “Protocolo Arruí”). El último censo de 2014 cifraba en 1.200 los arruís del parque natural, cuando realmente su número triplicaba holgadamente esa cifra.

Además un fallo del Tribunal Supremo, motivado por un recurso de tres grupos ecologistas: Ecologistas en Acción, SEO/Birdlife y AEMS Ríos con Vida, para incluirlos en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, en base a que en 1991, los ejemplares afectados por la sarna sarcóptica, podrían haber contagiado a la cabra montés, además de haberla desplazado de su territorio. El 19 de marzo del 2016, el Tribunal supremo les dio la razón.

Suponía una sentencia de muerte por hallarse en el listado de especies invasoras, por lo que la única salida legal era su exterminio. Tras la intensa polémica, el colectivo de cazadores, la Consejería y la Asociación Protectora del Arruí presentaron alegaciones y recursos ante el Ministerio para que sacara al muflón del Atlas de la lista de invasoras y sean indultados los que aún sobrevivan. Actualmente, recurrida la sentencia, los expertos apoyan la teoría contraria, argumentando que por la preferencia en el hábitat de ambas especies, el Arruí no supone una amenaza para la cabra hispánica mejor adaptada al medio.

Vuelvo a conectar con la pista monte través, como viene siendo ya costumbre; solo me restan unos 6 km pisteando a paso rápido, con vistas del Morrón de Espuña y las instalaciones del EVA 13 para volver al aparcamiento.

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