La Huerta Murciana en Blanco y Negro
Recorrido en bici por caminos y carriles del pasado reciente, comprende parte del patrimonio de la ciudad de Murcia y comparte zonas de la huerta del Río Segura; se trata de un conjunto de historia y nostalgia, de unas costumbres y formas de vida, de las que hemos formado parte los mayores con mejor o peor suerte y que no deberíamos olvidar.
Parto por el carril bici desde el Auditorio Victor Villegas y Recinto Ferial La Fica (Feria Internacional de la Conserva y Alimentación),
desde mediados del siglo XX
vienen instalándose en la feria de septiembre las atracciones feriales
y frecuentes macroconciertos que padecemos los vecinos de Vistabella; en su cercanía estaba La Fábrica de La Casera (1958), muestra de la arquitectura industrial de la Región de Murcia, extinguida.
El carril bici cruza el puente y continua paralelo al rio por el Infante Juan Manuel al tercer puente; lo cruzo y sigo por el Paseo Ronda de Garay donde estuvo el Parque Ruiz Hidalgo, continuo desde la rotonda de la Cruz Roja por Teniente Flomesta, donde se halla el edificio de la Convalecencia, inaugurado en 1915 como hospital; desde 1987 el inmueble es sede del Rectorado de la Universidad de Murcia; Antonio Rodríguez, el arquitecto municipal responsable de esta obra, cuenta en su haber con la Casa de los Nueve Pisos y el edificio de la Ferretería Guillamón.
Poco mas adelante, el Palacio de la Diputación Provincial levantado sobre el antiguo edificio del Hospital de San Juan de Dios, sede hoy de la Consejería de Economía y Hacienda de la Comunidad Autónoma
y el Martillo o mirador del Obispo (ala porticada del Palacio Episcopal),
la Glorieta, construida sobre el Daraxarife o Alcázar del Príncipe en el llamado Arenal fluvial,
disponía de cuatro puertas de hierro en la verja que la recorría; en 1867 se le dotó de luz artificial mediante la instalación del alumbrado de gas;
a finales de 1980, se eliminaron los refugios antiaéreos de la guerra civil para construir un parking subterráneo. Tiene su sede la Casa Consistorial, un palacio neoclásico de mediados del siglo XIX obra del arquitecto Juan José Belmonte.
El carril bici
pasa junto al Puente Viejo o de los Peligros,
debido a la hornacina que guarda la imagen de la Virgen de los Peligros; la devoción popular por esta imagen mariana, invita a persignarse cada vez que se cruza;
es un puente de piedra en arco, finalizado en 1742 (el más antiguo de Murcia); en 1701, una riada del Segura destruyó el anterior (medieval con reformas del siglo XVI);
durante los 17 años que transcurrieron entre la destrucción del puente anterior y las obras del nuevo, se utilizó para cruzar el Segura un puente de barca,
agrandándose la estructura metálica superior en 1867.
Llego donde los antiguos molinos de San Francisco (después molino de Roque con paso de barca) y de los Álamos;
el Molino de Roque fue una obra dieciochesca vinculada a las obras de contención del Segura, en la zona premolinera que corresponde a la primera presa o azud.
Una gigantesca avenida acabará con él en 1750, cuya obra fue rehecha en 1775 por el famoso arquitecto José López; ubicada junto a estos molinos se encontraban el Club Remo,
donde se inicia el Paseo del Malecón,
de muro contención de las aguas del río Segura
a paseo “marítimo” pero de huerta.
Después del Paseo del Malecón junto a la carretera de La Ñora, en los límites entre La Arboleja y La Albatalía y sobre la acequia mayor Aljufía, se encuentra el Molino del Amor; construcción catalogada y datada en el siglo XVIII aunque, como en otros casos en la huerta, probablemente se construyera sobre un molino medieval anterior, punto de partida de dos remotas acequias, Zaraíche y Caravija. Esta última -preislámica- cruzaba todo el casco urbano de Murcia.
Esta era una zona donde predominaban las barracas; viviendas en las zonas de huertas de regadío, con planta rectangular, de unos 9x5 m, los muros de atobas o adobe (una mezcla de paja y barro), techumbre a dos aguas (de cañas y barro), con dos estancias o cuartos, una para la cocina, chimenea, tinajero y jarrero, en la segunda se encontraba el catre y su colchón de borra con alguna ventana;
la vida se hacía en el exterior de la barraca dado el clima benigno.
Los rebancos en la puerta, la parra, el pesebre para los animales, el horno moruno de forma circular y la cruz de madera o metal, símbolo de la religiosidad popular de la huerta tampoco podían faltar. Algunas disponían de un piso superior dedicado a la cría del gusano de seda.
Pisteando hacia el Sur de Guadalupe me acerco al Monasterio de Los Jerónimos, procede de otro anterior fundado en 1579 conocido como monasterio de San Pedro de la Ñora.
El conjunto monástico llamado popularmente El Escorial Murciano, sirvió como morada de enfermos del Manicomio de Murcia, durante el cólera de 1855, para los asilados de la Misericordia, hospital de sangre en el período del Cantón Murciano, sufrió numerosos saqueos y abandonos, incluso funcionó como cuartel de instrucción para nuevos pilotos del ejército republicano. Actualmente acoge las dependencias de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM).
Pedaleo hacia la Ñora donde me espera La Rueda de la Ñora, no es de tradición árabe como normalmente se creé, sino que por el tipo de radios y ejes, se puede entroncar con la tipología de rueda romana.
La noria actual, es un artefacto completamente metálico construido en 1936, que reemplazó a la antigua noria construida en madera. Tiene diez metros treinta centímetros de diámetro y un metro sesenta centímetros de ancho. Movida por el agua de la acequia Mayor de la Aljufía, recoge ésta en los cangilones laterales, que a su vez depositan el agua en un canal (Brazal de las Rejicas) y tiene unos cinco metros de altura. El agua que escapa de los cangilones sin ser depositada en el canal vuelve a la acequia. El acueducto que acompaña a la noria tiene una longitud de unos 220 metros.
Por su parte trasera enfilo hacia la Fábrica de la Pólvora y Salitre,
recinto industrial perimetrado con tapia o verja metálica, que alberga todo tipo de edificios, desde pabellones hasta talleres, pasando por hangares, túneles y la capilla de Santa Bárbara.
Tras rodear gran parte de su extensión, cruzo el puente hacia el Javalí Nuevo para tomar la mota hacia Alcantarilla, antigua zona de Aceñas, también conocidas como norias de tiro (o de sangre) consta de tres partes: un pozo, un juego de dos ruedas engranadas y una plataforma circular. Suelen estar acompañadas de una alberca o balsa para almacenar el agua antes de su distribución, incluso de un acueducto y en ocasiones de un pequeño establo donde guarecer los animales de tiro. El animal iba uncido a la pértiga (“malacate”) que mueve el eje de la rueda de tracción, tirando en círculos sobre una plataforma llamada “andén”.
Las aceñas se sitúan sobre promontorios para que el agua circule por gravedad, en Mazarrón se elevaban con muros de mampostería y contrafuertes, creando la sensación de torreones defensivos (aceñas fortificadas). En su magnifico museo de la Huerta puede verse una, entre otros muchos enseres huertanos.
Paso enfrente de su monumento más representativo, La Rueda de Alcantarilla, la primera construcción data del siglo XV, era de menor tamaño que la actual, se utilizaba para poder regar las tierras de la zona alta de Alcantarilla y Murcia, elevando el agua de la Acequia Mayor Alquibla o de Barreras (procedente de la Contraparada) a la acequia del Turbedal. La noria actual, ya construida en metal, fue instalada en 1956 por la Sociedad Metalúrgica Naval y Terrestre de Alicante, con las mismas medidas.
Me dirijo hacia la mota del rio de vuelta, cruzo el puente del Soto al carril bici, el siguiente puente comunica mi pueblo, La Raya con el Rincón de Beniscornia, antiguamente se realizaba el paso del Río Segura en barca, la familia de los Barqueros cobraban un pequeño peaje por realizar el traslado a la orilla opuesta, fue la primera de las que se instalarían después, funcionó hasta 1965. En 1973 se construye el puente. Siempre ponían a salvo la barca cuando habían riadas, era su medio de vida, los jóvenes nos acercábamos a observar las crecidas justo en esa zona, veíamos bajar entre sus aguas toda clase de objetos y animales ahogados, recuerdo romperse la mota del rio con un gran estrépito a nuestro lado, dándonos un susto de muerte en una de sus famosas riadas. La barca estaba dotada de un grueso palo en la proa, evitando ser arrastrada aguas abajo, deslizándose a fuerza de brazo por una gruesa maroma de esparto atada a dos álamos de un extremo a otro del rio, sobre la maroma se desplazaba, paralelo, otro cable de acero como medida de seguridad. La foto posiblemente corresponda a la barca de Beniel al tener plataforma.
La entrada del carril bici a la ciudad, deja a la derecha el antiguo complejo militar edificado entre 1921 y 1925; donado al ayuntamiento a finales del siglo XX, actualmente es un complejo de seis pabellones con diversos museos e instituciones;
en el tramo orillado al rio, queda a la derecha el Museo Hidráulico Molinos del Río; los antiguos molinos harineros son desde 1989 un Centro Cultural y Museo Hidráulico, donde exhibir las instalaciones de los molinos harineros y la programación continuada de exposiciones temporales (Sala Caballerizas), relacionadas con la etnografía, arqueología y cultura.
Finalmente cruzo bajo el Puente Nuevo o Puente de Hierro, metálico y de vigas parabólicas,
finalizado en 1903 en la llamada Plaza de las Barcas y antiguos jardines de Ruiz Hidalgo. En 2001 fue cerrado al tráfico por motivos estructurales.
Por ultimo cabe recordar que los desplazamientos se realizaban en carros si se trataba de materiales pesados
o en galeras si lo eran de personas,
igualmente se repartía la leche en bici
y se fabricaban artesanalmente muchos artículos de primera necesidad.
Por poner un ejemplo, en mi casa de La Raya se fabricaron escobas con el palo de madera y el palmito seco.
Buen post y buen archivo fotografico. Un saludico.
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