Patrimonio Hidráulico y Monumental de Blanca, Cieza y Abarán

 

Accedo desde la Autovía A-30, salida 110 a la carretera nacional 301 y al cruce hacia las instalaciones de la central de impulsión del Azud de Ojós, perteneciente a la Mancomunidad de Canales del Taibilla, aparco antes de la entrada vallada pero abierta al tráfico de la zona.

Parto pedaleando por el túnel 

y puente del Azud de Ojós

 a la carretera hacia Blanca, 

pasando Alto Palomo y Runes, giro por sendero a la derecha en descenso, 

cruzo la Rambla de las Multas hacia Darrax y el Cabezo de la Corona, 

acabo en la acequia de la Central Hidroeléctrica de Don Nicolás Gómez Tornero

 y rodeo por estrecho sendero la parte alta la Presa del Jarral.

Continuo por zona de huertos en el Soto de Damián, para cruzar la Rambla de Benito poco antes de su incorporación al Segura,

 voy pasando en ascenso progresivo y pronunciado por la población Virgen del Oro

 a la Cañada Real de la Sierra del Oro; 

corto el Barranco del Malojo rodeando por su casa, 

tomo en subida por la izquierda a la pista y cruce, hasta desviarme a la derecha con vistas del Cerro de la Atalaya

 en la Ruta Portazgo, 

para realizar la primera trialera con algunos tramos inclinados y piedra suelta; me saca a la pista de El Madroñal; 

desciendo por la derecha, alcanzo el cruce y giro a la izquierda hacia el Alto de Los Prados, Collado del Cabezo de la Carrasca (482) y del Molinero (435). Pisteo en descenso atento para coger la segunda senda trialera por Las Ermiticas, coincide con la Ruta Roja, 

se muestra rápida y divertida en los tramos sin gravilla; 

corto el camino de la Atalaya y sigo por sendero señalizado para las rutas roja, rosa y negra. 

Faldeo el Cerro de la Atalaya, hasta iniciar el ascenso a partir del cruce; con vistas de Cieza y su fértil valle surcado por el río Segura, las Sierras de Ascoy, Benis y de la Pila,

 me planto en el Collado de la Atalaya y su Mirador, 

echo un vistazo a la Ermita de la Virgen del Buen Suceso,

 patrona de la localidad desde el siglo XVIII. 

La Atalaya (600 m) es el vigía pétreo y emblema de los ciezanos, con la figura del Almorchón (773 m) erguido en la lejanía y la Sierra del Oro.

Desciendo pasando por el centro de visitantes

 al Yacimiento Islámico de Medina Siyâsa, 

poblado musulmán del siglo XI situado en el Cerro del Castillo, con un sistema urbanístico islámico de fortificaciones y aprovechamiento territorial. 

Pongo fotos antes de techarlo. 

Hago una parada junto al cartel informativo del Cementerio Musulmán 

y desciendo por la tercera trialera al enlace con la Pista del Sarraceno, para desviarme por la cuarta trialera a la derecha, muy entretenida y difícil, me saca por el Barranco del Yarza 

a la mota del Río Segura

 hacia el Azud del Menjú.

El Menjú es una antigua y abandonada finca señorial, con jardín botánico incluido. Ocupa una extensión de 5 Ha, que se extiende desde la ribera del río hasta el borde de La Atalaya, 

cuenta con tres edificaciones en ruinas: casa de El Menjú donde residía sus propietarios, la fábrica de la luz que daba servicio a la Central Hidroeléctrica

 y la casa del servicio. Había plantas exóticas, un paseo con columnas de mármol, estatuillas, varias placetas, un reloj de sol que estaba construido en el suelo con azulejos, 

una balsa con una estatuilla denominada la Diosa del Amor (Aretusa), decapitada por los vándalos.

A lo largo de los años el río Segura a su paso por el paraje de El Menjú, 

ha visto navegar por sus aguas desde una góndola de grandes dimensiones, hasta una rústica plataforma que se impulsaba “a brazo” por el barquero, y que servía para visitantes y la familia que cuidaba de la finca pasara desde la carretera de Abarán.

Dejo la finca pisteando por los huertos ciezanos, doy un corto rodeo para ver la Noria de Candelón, metálica con 6 metros de diámetro en la acequia Charrara, da agua a una balsa que riega 15 tahúllas; fue construida en 1850 y remodelada en 1968, respetando la estructura original.

Las norias son de la época árabe, aún se usan elevando agua a canales más altos para regar tierras en las dos orillas del río. Con la creación de las villas rústicas romanas, se mejoran las infraestructuras de regadío procedentes de las actuales acequias, sin embargo hasta el siglo XIX no se crean la mayoría de las norias de la zona, además de una acequia nueva y mejora de las existentes, todo ello impulsa la industria del esparto cuyo declive ocurre en los años 60, debido a la introducción de las fibras sintéticas en el sector cordelero.

Cruzo el puente de hierro 

bajo el que navegan las zodiac de las empresas dedicadas al rafting, 

para continuar pisteando por la orilla del Segura, pasando el Parque Municipal de Abarán 

a la playa del Jarral; esta sorprendente Presa de Los Almadenes en el paraje del Jarral, se convierte en verano en playa fluvial y parte del descenso del río Segura entre Cieza y Blanca.

Salgo a la carretera haciendo parada en la Noria de Félix de Cayetano de principios de siglo XX, casi destruida en su totalidad

 y la de Miguelico Nuñez;

dejo la carretera de Abarán (RM-514) junto al lavadero descendiendo por escaleras al bonito paseo fluvial

 y Parque de Las Cuevas de Blanca, 

subo al Mirador de Bayna.

Tras disfrutar de las vistas sobre el valle y sierras circundantes por la calle Alto de Bayna al Barrio del Café alcanzo la pista del área recreativa que rodea el Embalse de Ojós; 

cruzo por el puente de madera paso junto a “La Favorita”, un palacete rodeado de cultivos 

llegando al cercano aparcamiento.



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