Nacimiento de la Fuentona en Ruente

Accedemos por el Valle de Saja en Cantabria, desde Barcenillas hacia Cabezón de la Sal (CA-180), aparcando pasado el km 46 junto al río Saja, en la fuente de entrada a Ruente (43°15'27.06"N 4°16'9.96"W).

Caminamos paralelos a la carretera por el Barrio de Ruente; 

Ruente quiere decir fuente, pueblo de abades en sus orígenes, aún conserva su barrio de Monasterio, creado al amparo del monasterio de Santa María en época medieval (al otro barrio, Gismana, no entraremos).

A nuestra izquierda vemos el edificio del Ayuntamiento, a la derecha la Casona barroca de la Nogalera, con portalada de entrada presidida por escudo con motivos eucarísticos.

Cruzamos por el estrecho puente de mampostería, con nueve arcos de medio punto rebajados; se cree que es de origen medieval y que formó parte del camino o calzada que atravesaba el valle de Cabuérniga hasta Bárcena Mayor; 

por él cruzamos las rápidas aguas de la fuentona, 

entrando al barrio de monasterio; junto al puente, tiene uno de los pocos humilladeros del valle, indicaba el rumbo a los viajeros; conserva en su interior una cruz de madera policromada con escenas de la Pasión.

 En el barrio de Monasterio podemos contemplar la Iglesia de Santa María Magdalena, patrona del pueblo, levantada en el XVIII sobre el solar que debió ocupar el monasterio medieval, reformado en los primeros años del XX. En el interior aún alberga un retablo barroco.

Más adelante se encuentra el Palacio de Mier, casa solariega con una capilla, construida a finales del siglo xix, en estilo neoclásico con marcados rasgos barrocos y arquitectura montañesa. Este monumento es propiedad municipal. Tras su rehabilitación la capilla es utilizada como consultorio médico y biblioteca municipal, mientras que la casa-palacio permanece cerrada.

Subimos por las escaleras de enfrente, 

al camino con muretes de piedra a canto seco para delimitar fincas

 y dirigirnos por el bonito paseo empedrado

 al Parque y Nacimiento de la Fuentona, 

zona arbolada con sauces, alisos, chopos y fresnos de gran belleza, 

donde el agua brota a pie de una pared de roca caliza

 y se corta al antojo de la naturaleza o de la Anjana, hada buena de la mitología cántabra, haciendo que incluso se seque de vez cuando por mero capricho. 

La explicación científica podría ser un sistema de sifones en el interior de la cueva, donde periódicamente, la presencia de bolsas de aire interrumpa el flujo de agua.

De las aguas de esta cavidad se sirvieron viejos batanes y molinos harineros, piscifactorías de trucha y la fábrica de luz “la Deseada”; aún hoy día sigue siendo útil, surtiendo de agua potable a varias poblaciones del valle del Saja. 

Muchos estudios identifican la Fuentona con las “Fuentes Tamáricas” descritas por Plinio en el s. I d.C.

 El origen probable de la fuente es la intercomunicación en el curso de una red de conductos subterráneos existentes en la zona, con lo cual su naturaleza freática puede ser más acertada que la fantasiosa.

Dejamos el parque de vuelta al aparcamiento, observando las casas llanas de estilo renacentista y las casonas de estilo barroco montañés 

y al ganado pastando en sus laderas.

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