Desfiladero de Los Tornos y la Babosa Escaladora
nos va a permitir disfrutar de uno de los más bellos cañones que el Ebro ha horadado a su paso por estas tierras.
Parto de Cidad de Ebro por la plaza del pueblo, con sus casas de piedra típicas de la arquitectura en las Merindades,
dejo atrás un crucero barroco (antiguo rollo de jurisdicción del siglo XVII); paso por un templo primero
y después por la ermita de la Virgen Blanca que conserva un ábside románico;
tuerzo a la derecha
pisteando por encinar;
veo en Las Corrientes una tubería desaguando cercana a un murete;
tras 1,6 km, sigo a la derecha en el cruce;
el bucólico sendero ribereño,
termina en las mesas de madera del Nacimiento de Fuente Honda;
lo rodeo
comenzando al poco a subir
hacia el Alto de Los Tornos, también está subiendo, o mejor dicho, escalando una esforzada babosa por el pronunciado sendero.
Las vistas espectaculares sobre el desfiladero son justa recompensa,
máxime con el sinuoso descenso empedrado hasta la orilla del río,
por el que antaño las caballerías transportaban las mercancías necesarias, para la supervivencia de las gentes del lugar;
sigo bajo altas choperas distraído entre los trinos pajareros y el rumor del agua,
hasta la cerca de entrada a la aldea de Tudanca;
un paraíso arbolado
en el meandro del río bajo Peña Redonda, manteado con verde
y casonas de piedras medievales,
el conjunto me aporta sensación
de plenitud y bienestar, todo un privilegio.
Inicio la vuelta desde el remanso,
buscando el tosco puente
(en época de crecidas queda sumergido por las aguas debido a su escasa altura);
caminando extasiado junto a la orilla,
tengo que atajar al sendero para continuar la subida ya que no hay paso junto a la ribera;
en la orilla opuesta se percibe el tortuoso paso de Los Tornos;
hago un pequeño destrepe; llegado a un arco de roca paso bajo el mismo,
continuando bajo los escarpados farallones rocosos entre canchales y ventanas al congosto;
dejo unos metros el sendero para encaramarme en un saliente mirador de fabulosa panorámica.
Cambia el paisaje atravesando un campo de pastoreo;
el sendero con tramos poco pateados, se sigue intuitivamente
hasta encontrarnos de nuevo en la ribera,
donde el croar de las ranas en los nenúfares,
anuncian la represa del Molino Viejo
en una zona herbosa,
poco antes de alcanzar el pequeño tramo de asfalto que me conduce, pasado el estrecho puente
a Cidad, donde hemos pernoctado con la autocaravana.
Bonita ruta y preciosas vistas, una pena esté tan lejos. Un saludico.
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