Nacimiento del Río Ebro

 Salimos del extenso aparcamiento 

por la verja de entrada, origen y final del Sendero Ebro GR-99, 

donde hay unos carteles expositivos; 

tras descender unos escalones

 y la rampa de acceso, dejamos a la derecha el ramal del área interpretativa, 

cuando comenzamos a distinguir entre el frondoso arbolado

 las aguas color turquesa

 procedentes, del que hasta hace poco tiempo, creíamos que esta surgencia a 880 msnm en Fontibre (del latín Fontes Hiberis o fuentes del Ebro)

 sita en la Hermandad de Campoo de Suso (Cantabria), era el nacedero oficial del río.

 Sin embargo el origen del Ebro se encuentra en las fuentes del Río Híjar (circo de Pico Tres Mares a 1880 m de altitud), cuando un estudio del Instituto Geológico y Minero de España en 1987, demostró tras verter fluoresceína, que las aguas del Pilar de Fontibre, proceden casi en su totalidad del Híjar, tras filtrarse en el subsuelo en las inmediaciones de Paracuelles.

Lo que no ha cambiado es la frase que en la escuela nos aprendíamos para recordar sus afluentes importantes: “Ega, Arga y Aragón hacen al Ebro varón” en referencia al hecho de que hasta estos aportes el río es poco caudaloso; después solo es superado por el Duero: 675 m³/s menos irregular, tampoco el más largo (910 km/ 600 m³/s) aunque atraviesa diez provincias, pues ese honor lo ostenta el Tajo: 1.007 km/444 m³/s y entre los ríos que desembocan en el mar Mediterráneo, queda en segundo lugar otra vez, superado por el Nilo (6.650 km), sin embargo su cuenca hidrográfica es la más extensa de España, con una superficie de 86.100 km² y ningún otro de los citados posee este rinconcito tan mágico y encantador.

 Entre la vegetación ribereña compuesta principalmente por fresnos, sauces, chopos, robles y hayas, aparece la Fuentona, 

un monolito en piedra coronado con una pequeña estatua de la Virgen del Pilar, obra fue realizada por Jesús Soto, contiene grabado los escudos de las 7 comunidades autónomas por la que pasa el río: Cantabria, Castilla y León, La Rioja, País Vasco, Navarra, Aragón y Cataluña.

Continuamos por el paso empedrado del margen izquierdo, 

donde se hallan las otras tres surgencias: el Pozo de los Muertos, las Fuentanucas y el Pozo del Medio;

 pasamos junto a la parte lúdica con mesas, 

bancos y adormilados patos de collar; 

sumidos en la exuberante vegetación

 vemos ya el primer puente de madera, 

que nos permite pasar al otro margen, donde un portillo

 y una pequeña represa, 

provocan una cascada de aguas jóvenes y apresuradas por regar un territorio tan extenso, como el que les espera hasta llagar al delta en Tarragona.

Sorprendente el encuentro con la Alegoría del Ebro, 

un relieve con tres figuras: el toro que representa a Iberia y los vascones; la Virgen del Pilar patrona de la Hispanidad y un joven con el torso descubierto, símbolo del río. 

Sobre ellos aparece la leyenda del santanderino Marcelino Menéndez Pelayo.

Tras echar un vistazo a la hornacina con la Virgen del Pilar, 

comenzamos la vuelta al aparcamiento; 

para quienes deseen más información sobre el conocimiento de la diversidad cultural, social y paisajística que el río ha generado a lo largo de la historia, acudan al cercano Centro de visitantes del Río Ebro en Fontibre:  https://surdecantabria.es/centro-de-visitantes-del-rio-ebro-fontibre/

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