Portas de Rodão-Mina de Oro Romana de Conhal do Arneiro,
Partimos caminando al cercano cruce, donde se encuentra, a nuestra izquierda, el Centro de Interpretación;
seguimos rectos en subida por monótona pista de tierra (PR-9 NIS);
el ondulante recorrido lomero por bosquete de eucaliptos,
nos va acercando a un mirador con las espectaculares vistas sobre el Monumento Natural Portas de Rodão en el río Tajo y sus islas.
En el descenso,
vemos por el suelo de la zona cuarcitas, hongos y setas;
descendemos por larga escalera de madera que, al estar muy húmeda,
nos obliga a extremar precaución hasta alcanzar el bosque de ribera a orillas del Tajo.
Nos dirigimos a la Foz da Ribeira do Vale
por un huerto de viejos olivos,
para cruzar el primer puente colgante
donde tomamos el mantente;
seguimos al segundo para visitar a Ilha do Cabecinho,
donde existe un área de descanso junto a unas ruinas y un nogal monumental.
Volvemos un corto trecho sobre nuestros pasos, para continuar por el sendero del bosque galería; vemos un rebaño de ovejas pastando bajo el olivar
en dirección al Trilho dos Burros;
la sensación de que arde el matorral la produce la evaporación del rocío tras el calentamiento solar;
dejamos atrás las ruinas de un refugio de pescadores,
observando los durillos, el buen tamaño de las bellotas
y el colorido de los tapaculeros.
Llegamos al embarcadero de Pego das Portas,
donde hubo un muelle para los ferrys que cruzaban el Tajo;
volvemos por pista asfaltada; se nos une un gran mastín
demasiado juguetón;
entramos al Castelejo
para ver la antigua Mina de Oro Romana de Conhal do Arneiro, con sus gigantescos montículos de cantos rodados, desechos de la explotación minera a cielo abierto.
Retornamos al camino entre olivos y algunas viviendas,
entrando por Santana a Arneiro,
fin de ruta, pasamos junto a uno de sus hornos comunitarios.
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