Portas de Rodão-Mina de Oro Romana de Conhal do Arneiro,

Accedemos a Arneiro desde Vila Velha de Rodao por la N18; aparcamos junto a la agraciada Igreja Matriz.

Partimos caminando al cercano cruce, donde se encuentra, a nuestra izquierda, el Centro de Interpretación;

 seguimos rectos en subida por monótona pista de tierra (PR-9 NIS); 

el ondulante recorrido lomero por bosquete de eucaliptos, 

nos va acercando a un mirador con las espectaculares vistas sobre el Monumento Natural Portas de Rodão en el río Tajo y sus islas.

En el descenso, 

vemos por el suelo de la zona cuarcitas, hongos y setas;

descendemos por larga escalera de madera que, al estar muy húmeda, 

nos obliga a extremar precaución hasta alcanzar el bosque de ribera a orillas del Tajo.

Nos dirigimos a la Foz da Ribeira do Vale

por un huerto de viejos olivos, 

para cruzar el primer puente colgante 

donde tomamos el mantente; 

seguimos al segundo para visitar a Ilha do Cabecinho, 

donde existe un área de descanso junto a unas ruinas y un nogal monumental.

Volvemos un corto trecho sobre nuestros pasos, para continuar por el sendero del bosque galería; vemos un rebaño de ovejas pastando bajo el olivar 

en dirección al Trilho dos Burros; 

la sensación de que arde el matorral la produce la evaporación del rocío tras el calentamiento solar; 

dejamos atrás las ruinas de un refugio de pescadores, 

observando los durillos, el buen tamaño de las bellotas

 y el colorido de los tapaculeros.

Llegamos al embarcadero de Pego das Portas, 

donde hubo un muelle para los ferrys que cruzaban el Tajo; 

volvemos por pista asfaltada; se nos une un gran mastín

 demasiado juguetón; 

entramos al Castelejo 

para ver la antigua Mina de Oro Romana de Conhal do Arneiro, con sus gigantescos montículos de cantos rodados, desechos de la explotación minera a cielo abierto.

Retornamos al camino entre olivos y algunas viviendas, 

entrando por Santana a Arneiro, 

fin de ruta, pasamos junto a uno de sus hornos comunitarios.



Comentarios