Brihuega monumental
a Plaza Herradores
y la cercana Fuente de los 12 Caños,
también es conocida como la “Fuente Blanquina”, la de mayor tamaño,
sirve de soporte al lavadero municipal con otros doce caños mas. Según leyenda, quien beba de su agua encontrará pareja.
Torcemos por la Calle Armas a ver el edificio señorial del n.º 14;
continuamos a la Calle Tinte pasando por la Plaza San Simón; presidida por una fuente de cuatro caños: La Fuente del Tinte;
alcanzamos los restos arqueológicos de la Iglesia de San Juan,
debido al estado en el que se encontraba, no se pudo evitar su caída, provocando daños y víctimas mortales.
Descendemos por la escalinata a la Plaza del Coso;
a nuestra izquierda, las Fuentes del Coso jalonan la entrada desde la Calle Mayor,
enfrente se encuentra el edificio del Ayuntamiento y,
a la derecha, las Cuevas Árabes (en horario de cierre al no ser finde);
construidas entre los siglos X y XI, son un laberinto de galerías y túneles de ocho kilómetros;
utilizadas en épocas de asedio, a través de ellas tenían una vía de escape al exterior de las murallas; como la temperatura se mantiene constante a 12º, se utilizaran como almacén de víveres.
Avanzamos hacia la Plaza de Toros de la Muralla,
la más grande de la provincia de Guadalajara, cuenta con cerca de 8.000 localidades;
rodeándola por la derecha, nos acercamos al yacimiento
y Arco de Cozagón,
conectaba con el camino que se dirigía a Toledo,
se compone de un doble arco, cuya altura máxima es de 10 m, labrada en piedra de toba, blanda a la hora de tallarla, pero de endurecimiento progresivo con el paso del tiempo.
Disfrutamos del entorno
y volvemos sobre nuestros pasos rodeando nuevamente la plaza de toros para entrar al segundo recinto amurallado, separado del resto de la villa como una alcazaba o ciudadela, de origen árabe alberga varios de los edificios medievales más significativos de Brihuega.
Cruzamos bajo el Arco de San José
al Convento de franciscanos del mismo nombre, fundado por Juan de Molina hacia 1619 en unos edificios anejos a la Muralla, en el Prado de Santa María;
tras la desamortización de Mendizábal, en su edificio se instaló en 1835 el hospital de la villa, además de ser cárcel en sus bajos, colegio y escuela taller.
En la actualidad alberga la Sala de Exposiciones y el primer Museo Mundial de Miniaturas del Profesor Max,
célebre ilusionista que reunió una gran colección de miniaturas traídas del todo el mundo; desde casitas de muñecas a pulgas disecadas o ‘La Última Cena’ pintada en un grano de arroz.
Pasamos junto a la escultura del toro,
homenaje al encierro de Brihuega,
uno de los más antiguos de España (siglo XVI), su peculiaridad es que se celebra en el campo.
Está declarado Fiesta de Interés Turístico Regional desde el año 2009.
Por la derecha de la plaza
el Mirador de la Vega del Tajuña donde además de la balconada a los campos alcarreños
se observa la escalera que desciende a la gruta del cortado desde la Iglesia de Santa María de la Peña,
construida a principios del S. XIII por el Arzobispo D. Rodrigo Ximénez de Rada,
cobijada bajo un porche moderno, se encuentra una preciosa puerta, perfecto ejemplo de arquitectura cisterciense de transición del románico al gótico;
en su interior se guarda la imagen de la patrona de Brihuega, la Virgen de la Peña.
Al lado se inicia la subida al Castillo de la Piedra Bermeja, fortaleza y residencia estival de los reyes árabes de taifas allá por el siglo XI;
en su interior se preparan los tronos que saldrán en las procesiones de Semana Santa;
salimos del Prado de Santa María
por el Arco de la Guía,
de principios del siglo XIX, mandado construir por el general francés Joseph Léopold Sigisbert Hugo, para facilitar el tránsito de las tropas entre el castillo y el centro de la villa;
avanzamos por Calle la Guía a la Iglesia de San Miguel,
construida en la primera mitad del siglo XIII; el estilo que inspiró este templo era mudéjar toledano, incorporando además variados elementos del gótico que se empezaba a conocer en España.
Rodeamos la Real Fábrica de Paños, fundada en 1750 por el rey Fernando VI como sucursal de la Fábrica de Guadalajara, ejemplo de la arquitectura industrial del siglo XVIII en España, llegó a contar con 100 telares, 178 tejedores, 40 aprendices y 800 oficiales; fue saqueada en la Guerra de la Independencia y usado como cuartel francés. El edificio con puerta barroca de 1810, da acceso a un patio con capilla, estaban de obras como exclusivo alojamiento con sello de la cadena Castilla Termal; en su interior los jardines versallescos con parterres y cipreses, adornados con farolas, miradores, cenadores y fuentes; por ello se la conoce como el ‘Jardín de la Alcarria’
Desde el Paseo de la Fábrica
rodeamos por la Iglesia de San Felipe, construida en el S. XIII, de estilo románico de transición al gótico;
en la parte superior del muro correspondiente a la nave central existe un rosetón circular cuyas tracerías forman una preciosa estrella de seis puntas;
enlazamos con el track en la Plaza de Herradores, nos desviamos hacia la Puerta de la Cadena en su arco de medio punto, podemos ver varias placas conmemorativas del asalto a la Villa en 1710 durante la Guerra de Sucesión, en el marco de la Batalla de Brihuega-Villaviciosa.
Paralelos a la carretera volvemos al aparcamiento.
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