Cascadas de Trillo-SL Camino de Ovila-El Colvillo-Real Balneario de Carlos III-Bosque de ribera del Río Tajo

Accedemos a Trillo desde la CM-2115, al no ser finde y de noche, aparco junto a las cascadas para pernoctar y aprovecho para fotografiarlas con “El Rey de la Noche”, Oppo Find X5 Pro.

De buena mañana 

descendemos a las Cascadas de Trillo

 con abundancia de carteles informativos sobre el Río Cifuentes, afluente del Tajo;

 la formación de las cascadas,

 de molinos y la minicentral,

 el uso del martinete de cobre,

 las serrerías, 

los batanes, 

la fábrica de paños, etc.

Vamos rodeando los saltos de agua impresionados por la belleza del lugar;

cruzamos bajo el viejo puente de 1701, donde desemboca al Tajo el Cifuentes, 

observando los saltos de peces; 

salimos por unas escaleras para cruzarlo por arriba; seguimos desde la Plaza de la Vega por la Calle San Martin, vamos paralelos al río por el Sendero Local Camino de Ovila (SL-4), usado durante siglos para llegar al monasterio cisterciense de Ovila.

Cruzamos la carretera en la bifurcación, 

continuando por la de arriba

 con vistas de la Central Nuclear de Trillo; 

nos dirigimos al Real Balneario de Carlos III, ofrece un nutrido programa de tratamientos corporales a base de cacao o miel y dispone de un restaurante que sirve platos al estilo castellano; 

y el Complejo Turístico el Colvillo, una extensa finca de pinar de más de 150.000 m²; 

descendemos por el sendero sin pasar por la verja de entrada, 

en el cruce de senderos giramos a la derecha rodeando la alambrada

 y cruzamos el puente de hierro.

Dejamos el Hotel a la izquierda, 

volviendo por el camino junto al río Tajo; 

descendemos a su margen izquierdo,

 

caminado por el bosque de ribera entre sotos con álamos y enredaderas,

paralelos a la carretera hasta la rotonda de entrada a Trillo, con el Conjunto escultórico homenaje al tradicional oficio de los gancheros, se dedicaban a bajar los troncos de madera desde lo alto de las montañas, utilizando la fuerza del agua del río Tajo; el camino de la madera continuaría hasta la localidad de Aranjuez, para ser tratada en diferentes factorías. 

El nombre de “gancheros” viene de los ganchos que utilizaban para ir orientando o empujando los troncos que quedaban varados a lo largo de la travesía. Cruzando la población 

cierro track al pasar el puente, 

comprando miel de la Alcarria en uno de sus dos comercios.


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