Petroglifos-Cabeza Llana-Barranco de la Mortaja-Abrigo Grande de Minateda

Accedemos desde la Autovía A-30 por la Salida 69 dirección Minateda (N-301), pasado el puente sobre la Rambla de Minateda, giramos a la izquierda por la AB-403, en 60 m, otro giro a la izquierda por pista de tierra, para aparcar en otros 60 m, junto al vallado de la rambla con vistas del Tolmo de Minateda.

Partimos caminando por la pista de entrada, cruzamos la carretera y comenzamos un ascenso por suelo rocoso hacia la Retuerta; 

pendientes de abandonar el agreste sendero rocoso, 

para atravesar monte través entre matorral diverso, 

al cercano cerro donde se encuentra el primer objetivo de la ruta. Por el atochar nos vamos abriendo paso intuitivamente, con la mirada puesta en la ladera rocosa que hemos de subir en diagonal; 

cruzamos un antiguo campo de vides

 y buscamos el emplazamiento mas cómodo para ascender la segunda pared, 

nos permitirá ir por la incomoda cuerda lomera 

hacia la punta donde se hallan los petroglifos. 

Vemos la cazoleta sin canalillo, los geométricos hoyuelos/alveolos esculpidos en la roca 

y otros alineados en forma de V. 

La palabra petroglifo deriva del griego pétra que significa piedra y glýphein que significa tallar, grabar o cincelar, su diseño simbólico grabado en roca desgastando su capa superficial provienen del período Neolítico; 

se le atribuyen valores mágicos o sagrados, al igual que sean marcas de vías de comunicación transitadas desde antiguo y utilizadas, como balizas o jalones, por cazadores o por pastores trashumantes.

Retrocedemos pegados al cortado rocoso, mucho mas cómodo de andar que por el interior de la ida; con muestras de haber extraído algún bloque rocoso, pasamos por encima de otra roca aplanada con tres cazoletas enfiladas, al parecer hechas por la mano del hombre; 

antes de descender al campo de vides por donde vinimos, 

vemos mascajones (bolas de restos vegetales) que el jabalí escupe tras masticar las hojas de algunas gramíneas, como el esparto o el albardín. De este tipo de plantas, el guarro saca el poco “jugo” que puedan tener expulsando una bola de fibras y celulosa mezcladas con saliva. Como dato curioso el corzo produce estos mascajones para marcar territorio.

Seguimos pisteando por un pinar de repoblación, 

entramos por los pilares del camino a la cantera, 

derivando en los cruces a la izquierda, para tomar a la derecha en el Km 4, la subida hacia Cabeza Llana, 

alcanzamos su vértice geodésico

 con grandiosas vistas sobre los campos de Hellín, el valle del río Mundo, Agramón, el Pitón Volcánico de Cancarix, el Embalse de Camarillas, las Sierras del Puerto y Larga, etc.

Tomamos el mantente

 y desandando durante 1,8 km, 

torcemos a la derecha descendiendo al lecho rocoso del Barranco de la Mortaja; 

hacia su salida se encañona, 

manteniendo por la izquierda un paredón erosionado con numerosas oquedades

 y una “ventanica”. 

De nuevo toca descenso entre moles de piedra al cauce barranquero, desplazado a la derecha, 

caminamos en busca de la subida

 por piso encementado, escalones y cuerdas de apoyo, 

al Abrigo Grande donde se encuentran las pinturas rupestres.

Una jaula las protege de actos vandálicos, para acceder a su interior hay que contactar con el Centro de Interpretación del Tolmo de Minateda y pagar por una visita guiada. Desde el exterior nos separan unos escasos tres metros y con el zoom del móvil hacemos las fotos pertinentes.

El Abrigo Grande de Minateda es uno de los yacimientos de arte rupestre más importantes de la Península; 

se trata de una cavidad de unos 20 m de anchura y 4 de altura, en la que se conservan unas 600 imágenes pintadas sobre el panel de roca.

La mayor parte de estas figuras forman parte del denominado arte levantino, un estilo pictórico de hace 10.000 años, manifestación de los últimos cazadores-recolectores, basado en representaciones figurativas (arqueros, ciervos, bóvidos, toros, equinos, jabalíes, caprinos y alguna figura femenina); el otro es el Arte Esquemático (6.500 años), con motivos abstractos, esquemáticos o figurativos.

Se supone que su finalidad práctica era de carácter mágico-religioso para propiciar la caza, para ello usaban pigmentos minerales molidos y carbones vegetales aplicados con los dedos, ramas quemadas, cañas huecas o pinceles, lo hacían directamente o aglutinados con resina o grasa.

Descendemos a la entrada entrando por Minateda 

y pisteando paralelos a la rambla 

hasta el aparcamiento, marchando a comer a Venta Pascual.

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