Yacimiento del Castillejo y Baños Romanos de Fortuna

Accedemos desde el Santuario Romano de Cueva Negra hacia los Baños de Fortuna, aparcamos en la pista asfaltada en obras (38°12'22.55"N 1° 6'57.75"W) en el extremo Oriental de la Sierra del Baño.

Comenzamos en ascenso por la pista salvando la cadena de entrada, a 150 m, se inicia un atajo por la izquierda que nos lleva a la base del cerro amesetado de mediana altura y de forma redondeada de apenas media hectárea de extensión,

 donde se encuentra el poblado ibérico del Castillejo de los Baños; 

ascendemos un corto trecho de pendiente media a lo alto del mismo, 

ya que estos hábitats se ubicaban en altura, dotados de muralla defensiva, tendían a colocarse dominando o próximos a las vías principales de comunicación del territorio, es decir, se articulaban en torno a las vías naturales de penetración a través de los cursos fluviales, generalmente el río Segura y sus principales afluentes: el Sangonera, el Mula y los ríos del Noroeste en su margen derecha y un grupo de caudalosas ramblas estacionales en la margen izquierda.

El poblado estuvo en funcionamiento desde mediados del siglo V a.C. y durante todo el siglo IV a. C. Durante los dos primeros siglos de dominación romana, el hábitat parece desplazarse desde el cerro hasta las proximidades del actual Balneario de Fortuna (siglos II - I a. C.).

Una vez arriba, comenzamos a bordearlo cruzando una zanja de 2 m de anchura y 1 m de profundidad, 

realizada quizás a comienzos del siglo pasado, afectó considerablemente a los restos arqueológicos, de los que solo observamos multitud de fragmentos de cerámica rojiza. 

Cerrando el círculo no se aprecian restos de entidad de las murallas o de la estructura urbana del yacimiento, sí se observan muros de piedra, quizás cimentaciones de las casas del poblado; se calcula que no debió acoger más de 30 familias en el período de máximo esplendor.

Los materiales conservados del yacimiento ibérico del Castillejo de los Baños (no explorado de manera oficial y sistemática), proceden en su mayoría, de la excavación de la necrópolis ibérica denominada de extensión e incineración, ubicada unos 200 m al Noroeste del poblado;

 destrozada por desfondes en el terreno con una pala excavadora durante los meses de Abril-Junio de 1986, en la que se pudieron documentar 43 tumbas de incineración ibéricas, de las que se ha recuperado una gran variedad de piezas, cerámicas griegas decoradas o lisas y metálicas (falcatas, puntas de lanza, regatones, escudos, herrajes de caballos, puñales.); 

en las necrópolis, las tumbas fueron generalmente respetadas, conservándose íntegramente sus ajuares, nos han permitido conocer no sólo la cultura material ibérica, sino también las importaciones procedentes de Oriente, 

documentando el intenso tráfico comercial de la vía que pasando por Fortuna, une el Segura entre Orihuela y Archena y que era transitada también por aquellos que se dirigían al Altiplano (Jumilla-Yecla) o hacia el Alto del Vinalopó.

Acabada la somera inspección, descendemos 

y nos dirigimos hacia el Noreste en busca de la conducción de un depósito de agua

 que rodea el vallado de los Baños Romanos de Fortuna; 

caminamos por suelo inclinado y rocoso con abundancia de fósiles incrustados 

hasta la puerta metálica, 

corremos el pestillo y penetramos en el recinto sorprendidos por las dimensiones de los sillares y disposición de los restos: las terrazas, la fractura por la que nacía el agua termal en la antigüedad, el circuito a la piscina situada frente a la exedra, donde se talló la roca en forma de grada (el ninfeo) ...

Tras la Segunda Guerra Púnica se inició la explotación de los recursos agropecuarios, obligando a las poblaciones iberas a trasladarse a nuevos asentamientos en llano, facilitando el control del territorio recién conquistado. 

En el yacimiento ibérico de Castillejo de los Baños, se ha atestiguado cómo la población se trasladó desde la cumbre del cerro, hasta las inmediaciones del nacimiento de agua termal; en época ibérica hay importantes yacimientos asociados a fuentes termales: En Archena, a escasos 1000 m del nacimiento de agua termal, se halla el Cabezo del Tío Pío y en Mula, no muy lejos de los actuales Baños de Mula, el poblado y necrópolis del Cigarralejo.

A estas termas salutíferas no solo acudía la población pudiente del sureste peninsular, lo hacían también gentes venidas de cualquier parte del Mediterráneo, que atracaban sus navíos en el puerto de la antigua Cartagena y lo hacían porque creían en el poder curativo de sus aguas que surgen a 52º C, 

en un momento en el que las enfermedades endémicas como el paludismo, la disentería y el cólera eran habituales y para ellas no había cura conocida, la conjunción de aguas con propiedades sanadoras y dioses benefactores debió de dar mucha fama a este lugar. Si el agua alivia o cura es porque la divinidad está presente, si a unas personas las cura y a otras no, es porque está vigilante y decide en cada momento quien debe o merece ser curado.

El siglo III fue el siglo de la decadencia de los Baños Romanos de Fortuna; desaparecido el culto pagano, en parte debido al cristianismo, el templo de las Ninfas sería saqueado, incendiado y abandonado. Acabarían las visitas a esas aguas curativas y Cueva Negra quedaría relegada al olvido.

Este paraje era conocido como “Los Baños Moros” ya desde finales del XIX; hasta el momento se han excavado dos zonas: una hospedería al que están asociados dos grandes aljibes de planta ovalada y otra en la que se encuentra tanto el edificio balneario romano, como los baños de época islámica, del siglo XV y del siglo XVII al IX.

Las características del enclave, donde conviven restos de distintas épocas, y erigido en su primera etapa con grandes sillares, ha dificultado, por su elevado coste, las actuaciones en este conjunto arqueológico, asentado, además, sobre terrenos de titularidad privada.

Tras echar un vistazo a las deterioradas instalaciones semejantes a caballerizas o garajes 

seguimos la estructura longitudinal de bloques 

en busca de la estrecha salida a su final. 

Tras haber visitado en media mañana, tanto en coche como a pie, el Castillico de las Peñas a través del Paso Brugarolas, la Cueva Negra, el Yacimiento del Castillejo y los Baños Romanos de Fortuna nos desplazamos al cercano Restaurante el Molinico a reponer fuerzas.

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