Club Molino Chico-Cerro Peñarrubia-Barranco del Saltaor y Cascada

 

Accedemos desde la RM-15, por la RM-517 al aparcamiento del Club Molino Chico, a la vera del río Argos en Cehegín.

Partimos caminando desde el aparcamiento por la derecha bordeando el club, 

cruzamos la Acequia del Campico y la Vía Verde del Noroeste; entre macizos de margaritas, 

seguimos a la izquierda en la bifurcación y cruzamos bajo la Autovía RM-15; en 100 m, giramos a la derecha, pisteando otros 100 m, para comenzar un fuerte y zigzagueante ascenso, 

hacia la visible vaguada con fabulosas vistas sobre Cehegín a medida que nos elevamos.

Tras arduo ascenso, alcanzamos un pequeño collado donde dejamos el sendero, 

pasando por encima de unas rocas marcadas con pintura, en la dirección de subida a lo alto de la Peñarrubia; 

tras un paso de roca lisa, 

alcanzamos la senda que cumbrea; 

realizamos una paradita en el vértice geodésico (805 m), 

con magnificas vistas sobre de las antenas de telefonía, 

Sierras de las Cabras y Quipar, así como los vastos campos cerealistas que verdean ondulándose según la acción del viento.

Comenzamos descendiendo suavemente por sendero pateado y liso, para ir tomando pendiente con tramos rocosos bajo una cresta calcárea; 

se agrava la pendiente en un pequeño destrepe; 

vamos rodeando una cota (715 m) con bellas panorámicas sobre la cantera, los campos de cultivo

 y el Barranco del Saltaor (NO Saltador).

Cambiamos de dirección en descenso, atravesando en diagonal bajo los cortados, 

encajados por una bajante barranquera escalonada y de suelo rocoso; menos mal que esta seca la piedra; 

a menudo nos sorprende la naturaleza con estampas arísticas, cuando vemos un helecho adornado por adoradoras uvas de gato en derredor.

Alcanzamos la plataforma con la caseta derivadora de aguas del Canal del Taibilla, torcemos a la izquierda por senda herbosa,

remonta ligeramente, para dejarse caer hacia el fondo del Barranco del Saltaor, 

cruzando por el puente acueducto 

sobre el impresionante lecho cuajado de enormes pedruscos, fruto de la acción abrasiva y los grandes desplomes, cuando baja arrolladora el agua de lluvias torrenciales.

El sendero bajo la cornisa, descubre uno de sus secretos, el precioso ejemplar de lonicera implexa o madreselva, con sus coquetas cazuelas florales; 

otro de sus secretos ocultos, es la estructura a modo de lengüeta o canalización, presenta una grave inclinación, destacando su suelo tan estriado como agraciado.

Descendemos con mucha precaución un corto tramo de tierra suelta y máxima inclinación, 

unos metros mas adelante, abandonamos la protectora cornisa, para deslizarnos monte abajo sin sendero pero con alguna traza, alterna la piedra suelta con el agarre de la roca rugosa, mientras observamos la magnitud de la Cascada del Saltaor, 

por la que solo baja un hilillo coloreado terroso en vez de agua;

ya que se trata de un salto estacional de agua 

que ha perdido incluso su poceta.

Al haberse llevado el sendero los arrastres de la fuerte escorrentía, hemos de transitar alternando cauce rocoso

con paso por la fila del olivar mas próxima; nos deleita con grandes ababoles. 

Por la derecha del lecho, tomamos el desaparecido sendero, enlazando con el track de la ida al aparcamiento.

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