Puebla de Lillo-Paseo del Oso-Collado Ferreras-Rucayo-Embalse del Porma-Utrero y Camposolillo

Salgo pedaleando desde el Polideportivo Municipal Puebla de Lillo,

en dirección contraria a la carretera, cruzo el puente sobre el Río de Silván y giro a la derecha por pista forestal rodeando el Pico del Águila.

Entronco con la pista de la Fuente la Barquina, sigo recto en el cruce con la pista de las Colladillas, cruzo el Arroyo de Respina junto al que se encuentra la Ermita de Pegaruas; poco mas adelante, dejo a la izquierda su área recreativa.

La pista transcurre paralela al Arroyo de Rebueno en el Valle de Fombea,

se cruza poco mas adelante, remontando sobre el Arroyo de la Tambada por hayedo

al Paseo del Oso, para enlazar con la Pista de la Cervatina

al Collado Ferreras (1501 m) con paso de Portón y vacas agrupadas entorno al mismo.

Sublime el panorama que se distingue hasta el valle del Porma;

inicio un zigzagueante descenso por pista rota, con cruzadas de agua y algo de barro,

disfrutando de una panorámica fantástica sobre el Prado de las Casas y las Carvas;

pasada la zona de Los Conforcos accedo a los invernales de La Jistra;

se une por la derecha el Arroyo la Friera entre las Sierras del Pistiello y del Aparejo.

La encajada pista cruza un paso canadiense paralelo al Arroyo la friera,

entrando en Rucayo observo la cabaña ganadera descansando plácidamente en este ambiente rural y paradisíaco;

cruzo por la estrecha abertura del alambrado paso de ganado,

rodeando la Ermita de San Miguel Arcángel (1817),

de mampostería, con una nave de bóveda en la capilla mayor y el armazón de madera; tiene espadaña y dos campanas,

multitud de burritos me salen al paso,

debo de ser una novedad en sus tranquilas existencias.

Poco mas adelante, lo mismo con un caserío

donde promocionan la Ruta Literaria El Eco de la Montaña;

dispone de una fuente que funciona;

bajo la Peña del Cuervo comienzo a rodear el Embalse del Porma, por el SL-LE 3

con tramos de exuberante vegetación y agua en abundancia;

precisamente las aguas del embalse se destinaron a regadío, además de asumir la función de regulación de aguas fluviales evitando las riadas.

Asciendo a un collado con paso canadiense,

e inicio el descenso con vistas del embalse, voy observando las siluetas a modo de monumentos a las gentes que vivieron en estas tierras y dejan algunos pensamientos plasmados en placas, como el caso de Teresa.

Me desvio 300 m

para ver las ruinas del pueblo de Utrero, tambien conocido como El Balcón de la Montaña, junto con Camposolillo, fueron expropiados pero no sumergidos, despojados de sus tierras de cultivo y cortadas las comunicaciones, sus habitantes se vieron obligados a emigrar. Se encuentra acotado para el ganado vacuno.