Geología e Historia de la Rambla del Pocico en Sangonera la Verde

 


Accedo desde la RM-603 del Palmar a Mazarrón, cruzando Sangonera La Verde hacia el Sur y final de la población, aparco junto al Jardín Javier Hernández Caro 

en la Ermita de La Cruz (también Llamada Ermita Nueva); existía antiguamente una cruz de hierro, 

hito religioso para pastores y vecindario de la zona. En 1958 se construyó una primera capilla, antecedente del templo que hoy conocemos inaugurado en 2003.

Salgo en descenso hacia el Sur, cruzando el Cordel de Los Valencianos o Vereda Real, red viaria de origen medieval fue utilizada para la trashumancia de los rebaños que venían desde la Meseta, hacia el campo de Cartagena.

Entro por la Rambla de Sangonera; el gps comienza a trazar rectos, cuando veo los vestigios de una obra de ingeniería, el sistema de canalización de La Pizorra;

 

al completar el primer kilómetro, dejo la rambla por la derecha precisamente a la altura de La Pizorra; 

el Sendero del Caballo Muerto 

me dirige hacia las Casas Altas de Torre Guil, empinado en su primer tramo, van apareciendo entre los romeros y el pinar, los algarrobos. 

Las casas de labranza como Casas Altas, 

servían como residencia de verano de los propietarios. En conjunto coexistía el duro trabajo agrícola desempeñado en sus bancales, con la apartada vida de los caseros y el interés económico de los dueños.

Voy observando el antiguo sistema de pozos 

y balsas 

que distribuían el agua por la finca; 

desciendo a la Rambla de Sangonera 

y entronco con la del Pocico; 

presenta tramos con desplomes, algún paso estrecho obstaculizado por troncos de árboles caídos, pero su interés proviene de las rocas a lo largo de su trazado, resultado de procesos geológicos con un variado registro fósil de los últimos 11 millones de años. 

Un millón de años después, una subida del mar, dio lugar al deposito de areniscas y conglomerados de color grisáceo en los que se fosilizaron serpúlidos (gusanos), balanos, ostras y erizos. Posteriormente continuó con el depósito de calcarenitas bioclásticas.

Caminado muy, muy despacio, voy estableciendo los distintos waypoints, donde se encuentran los fósiles mas destacados e incrustados en las paredes o rocas del lecho; siendo frecuentes lamelibranquios: valvas y moldes internos de almejas, ostras, mejillones, etc., restos de conchas de gasterópodos, de decápodos (cangrejos), balánidos (semejantes a lapas), algunos escafópodos (moluscos tubulares) o pequeños animales coloniales (Briozoos), que entonces formaban verdaderas estructuras coralinas en el fondo de aquel mar que cubría estos paisajes.

La mayoría de los fósiles son preservados en rocas sedimentarias, siendo necesario que el organismo quede rápidamente enterrado por los sedimentos, se transformarán en roca con el paso del tiempo, quedando integrados dentro de la roca produciéndose una mineralización progresiva del organismo.

En el "sillón del rey" se observa un lateral de roca, producto del tallado de los canteros para extraer sillares de piedra con los que confeccionar en este caso pilas de lavar. Las marcas de herramientas en la roca, muestran una dirección de corte y un ángulo de golpe, sugiriendo qué mano utilizaba el cantero predominantemente. 

Las Canteras comenzaron a explotarse en la era cristiana, se extraían materiales como cobre, hierro, áridos y principalmente yeso, su máximo aprovechamiento fue a mediados del siglo XX, eran arrendadas por el Ayuntamiento de Murcia para su explotación a un total de 23 empresas privadas. 


En 1979 El Valle fue declarado Parque Natural y se fueron dejando de renovar los arrendamientos, hasta que en 1991 acabaron las actividades mineras. Esta zona posee diversas canteras de piedra caliza, siendo las más conocidas las de Mayayo, explotadas durante el siglo XVIII, coincidiendo con la realización de obras tan emblemáticas de la ciudad de Murcia como el imafronte de la catedral o el Puente Viejo.

Veo distintos cráteres sobre la arena creados por la hormiga león (Myrmeleon formicarius), 

se distribuye por toda Región, sobre todo en zonas de pinares con arena fina; desarrolla sorprendentes estrategias de caza; su nombre se debe a la larva, que excava un hoyo en forma de embudo, en cuyo fondo se esconde; 

los insectos pequeños caen en esta fosa ayudados por la tierra que les echa, no pueden salir debido a la inclinación de las paredes de arena suelta, siendo comidos por el león de hormigas; en su edad adulta se parecen mucho a las libélulas. Aquí aparece camuflada

En las paredes cerradas se aprecia la erosión alveolar (nido de abeja), 

este tipo de erosión diferencial causada por agua y viento sobre las partes más blandas de las areniscas, originan de una serie cavidades de caprichosas formas.


Al abrirse la rambla, observo por la izquierda la figura de un jabalí; 

unos metros a la derecha y arriba, la del Fantasma 

y finalmente, en unos metros a la izquierda, el relieve esculpido en la arenisca del Minotauro. 

El rey Minos de Creta había ofendido gravemente a Posidón, Dios del Mar, como venganza hizo que Pasifae, esposa de Minos, sintiese una atracción contranatura por un toro blanco, que la llevó al embarazo; así nació el Minotauro, un ser violento con cuerpo de hombre y cabeza de toro, que se alimentaba de carne humana. 

Para esconder su vergüenza, el rey Minos rogó al inventor Dédalo que le construyera un laberinto del que el monstruo nunca pudiera salir. Cada nueve años, a fin de apaciguarlo, Minos le ofrecía a la bestia, siete mujeres y siete jóvenes que imponía como tributo a la ciudad de Atenas. 

Teseo se ofreció voluntario, con la intención de matar al Minotauro y liberar a Atenas de un cruel destino. Con la ayuda de Adriadna, la hija del rey, que se había enamorado de él, logro su propósito: Adriadna le ofrece a Teseo un ovillo de hilo que le había dado Dédalo, el arquitecto del laberinto; atado en la entrada y siguiendo el hilo por los intrincados vericuetos del laberinto, Teseo pudo encontrar la salida.

La irregularidad y escasez de precipitaciones, así como la necesidad de obtener agua del subsuelo y optimizar su uso, se plasman desde una covachuela 

y a lo largo del cauce de la rambla, los vestigios de un sistema de aprovechamiento de origen ancestral, actualmente destruido, La Pizorra, 

una mina tipo qanat o galería con lumbreras, para la obtención del agua de las capas superficiales del nivel freático, la conducía hasta las zonas de cultivo de las fincas de Torreguil y Los Labradores.

La Pizorra tiene una longitud aproximada de 3 km, desde su toma del agua hasta el punto de salida (bocamina), habiendo documentadas al menos nueve lumbreras a lo largo de su recorrido. 

En diversos enclaves de nuestra ruta, podemos observar vestigios de esta obra de ingeniería. 

El nombre de Rambla del Pocico puede deberse a los pozos o lumbreras que forman parte de este sistema de aprovechamiento de agua.

Paso junto una antigua canalización y un muro de contención, antes de salirme del cauce ramblero por asfalto al coche.

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