Aventurero paseo por mágicos y selváticos rincones de El Valle

 

Accedo por la Cordillera Sur a la Alberca de las Torres; aparco junto al mercado de abastos en la zona encauzada de la Rambla de El Valle; la de mayor longitud del costado Norte de la Sierra de El Valle; cruza por mitad la pedanía, tras su nacimiento en el Collado del Cerrillar, a casi 600 m de altitud, cerca del pico El Relojero.

Caminando rambla arriba, 

me voy adentrando bajo sus paredones cada vez más estrechos, pisando el incómodo lecho rocoso de piedra suelta y arena, con muestras de las antiguas casas cueva; 

habitadas hasta finales de los 70 por unas 80 familias, a pesar de las constantes inundaciones; 

poco a poco se hace patente la basura acumulada y en concreto, junto a una de ellas por la que tengo que ascender con ayuda de una cuerda.

Terminado el ascenso, fuera ya de la rambla, 

cruzo la carretera al Valle Perdido y sigo por el sendero de enfrente, 

rodeando el Centro de Recuperación de Fauna silvestre de El Valle, desempeña trabajos de investigación, recuperación y rehabilitación de especies de fauna silvestre; 

veo a mi derecha un antiguo horno de yeso o calera donde las piedras de yeso (aljez), asociadas a la caliza, se cocían en hornos creando óxido de calcio (cal), mediante la calcinación de la piedra caliza a 900 grados, se trituraba y transportaba para su venta, 

cruzo la rambla 

y salgo junto a un pequeño refugio a la pista.

La cruzo para continuar monte través 

y seguir el curso del agua

 hacia las charcas artificiales, hábitats de anuros, 

la lista de los anfibios del Parque Natural de El Valle se limita al Sapo común (Bufo spinosus) “el gigante tranquilo” o “sapo espinoso”, es el anfibio más grande de la Región y de España; 

la Rana común (Pelophylax perezi) “una gran nadadora”, es uno de los anfibios más comunes y abundantes en el sureste peninsular, 

el Sapo corredor (Epidalea calamita) “el explorador incansable”, es el anfibio más rápido en tierra y el sapo común (Bufo bufo) o sapo europeo;

Acabo junto al chorro en un entorno de trepadoras, 

tuerzo a la izquierda pisteando un corto trecho; acabando de cruzar la rambla, asciendo por traza paralelo a la carretera del Albergue Juvenil, siguiendo la antigua canalización del puente acueducto 

entre eucaliptos, empleados por su rápida velocidad de crecimiento y gran volumen de producción de madera en industrias papeleras, madereras o químicas, ya que el aceite esencial de las hojas de eucalipto, es usado como descongestionante nasal y para combatir infecciones respiratorias.

Sin tocar asfalto, cruzo la valla y asciendo por la Pista del Relojero; la dejo

para internarme brevemente por la Rambla del Valle 

y seguir por el Sendero del Espino

 a la carretera al Sequén; 

tras 160 m, a la altura de un poste indicativo, 

continuo fuera de asfalto por sendero en subida a la cercana bifurcación; por la izquierda

 desciendo a un ramblizo; lo sigo por la izquierda unos metros y giro a la derecha hacia El Pentágono, por su figura desde el aire; 

entro por un inclinado muro de piedra argamasa

 deteriorado en varias partes de su gran perímetro (25 m de lado) y con abundante vegetación en su interior pero sin arbolado; si fuese mas pequeño y estuviésemos en el Norte, seria un buen lugar para haber colocado colmenas a salvo de osos; pero estamos en el Sur, aquí la explicación mas razonable es la del aprisco para guardar cantidad de ganado, a pesar de que no hay signos o restos que lo atestigüen.

Salgo por el otro extremo 

y asciendo por suelo de roca a la cuerda lomera, para bajar por difuminada traza senderil, hacia un ramblizo con troncos repartidos en su fondo, 

se pierde en un saliente rocoso, 

hay que describir un arco por la izquierda del saliente, sin necesidad siquierra de apoyar manos, solo que cuesta un poco encontrar el paso.

Desciendo hasta una atalaya sobre el cercano Castillo de la Luz;

continuo con el descenso por la izquierda y cruzo el Sendero del Pinar de la Luz que transcurre a media ladera, corto el barranquete 

y por la derecha desciendo a una pequeña explanada bajo pinar,

 por la izquierda sigo el descenso a la Carretera del Valle.

La sigo por la izquierda durante 180 m, 

desciendo entonces por sendero accidentado

 hacia las instalaciones de San Antonio el Pobre, entronco con la rambla y, ayudado por cuerdas

 y pasarelas,

 alcanzo la entrada al centro de Visitantes, pero se encuentra cerrada a pesar de que, por su horario, debería encontrarse abierta la puerta; una nota informativa indica lo contrario, como excepción para los días 24 (hoy) y 31 de Diciembre; ya podían haber colocado algún aviso mas arriba y no tendría que volver a subir.

De vuelta, aprovecho un cruce senderil para seguir bajando por la derecha a la pista “A cada paso una Historia”, tras otro corto tramo de bajada, giro a la izquierda por una vaguada, con una raíz parecida a una gran serpiente

 y un círculo de piedras; 

me saca a la pista hacia el Centro de Interpretación; en 75 m la dejo por uno de los muchos senderos que se dirigen hacia el Área Recreativa Los Pájaros.

Cruzando la carreta a la Balsa Redonda del Valle, 

vuelvo al aparcamiento por sendero acondicionado sobre la Rambla del Valle, 

escoltado por cipreses, su resina se ha empleado en perfumería, sus hojas y gálbulos han sido quemados como incienso desde tiempos antiguos; el aceite esencial destilado a partir de ramas de C. sempervirens, se emplea aún hoy para mejorar la circulación y sus hojas como astringente, insecticida y tinte capilar.

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