Muiño da Pena-Senda Botánica del Río Mera-Tarroeira

 

Accedemos desde Cuntis hacia Santiago por la N-634, aparcando en O Pino (42°56'49.74"N 8°20'20.56"W).

Salimos desde el cartel ilustrativo con un tramo de la Senda Botánica, 

caminamos en descenso por la pista al Muiño da Pena, 

un coqueto hostal con servicio de restaurante (el camino del norte y primitivo pasan por su entrada); 

se aprecia su estructura en tres cuerpos y tres niveles: En el primero se ubican comedor,

 salón,

y cocina; en el segundo tres habitaciones para huéspedes, el ático con las habitaciones de los propietarios y la zona de museo etnográfico; 

en el tercero se encuentran las restantes habitaciones. En 1998 se realizó una importante reforma y ampliación, proporcionándole su aspecto actual, 

en sus orígenes funcionó como molino y aserrado de madera (A Maquía de Pena). En enero de 2003 O Muiño de Pena abrió de nuevo sus puertas al público, pero como casa de turismo rural.


Cruzamos el puente sobre el Río Mera, afluente por la orilla izquierda del río Tambre; 

la senda fluvial nos va deparando imágenes fantásticas de su ribera, a salvo del calor en nuestro caso; 

la tonalidad oscura de sus aguas disparan la imaginación sobre magia y brujería,

Algunos carteles enriquecen el conocimiento sobre la variedad vegetal que nos circunda; un representativo ejemplo es el carballo o Roble Robur, el término “robur” lo empleaban los romanos para designar los robles y cualquier tipo de madera dura y de gran solidez, por ello se viene utilizando desde antiguo para las duelas de los toneles y barricas, en la construcción de barcos e incluso para fabricar carbón. Es un árbol de larga vida ya que puede superar los mil años. Requiere un clima húmedo, resiste bien el frío y puede superar los 40 m de altura; sus bellotas tienen un sabor dulce y ligeramente amargo, madurando en septiembre y cayendo en octubre. Bajo sus copas se impartía justicia y juraban leyes en algunas culturas europeas.

Pasamos junto a un antiguo molino en ruinas

 y un salto de agua, 

observamos los pilones que derivaban la corriente al molino;

 el sendero transcurre por pasos estrechos de arbolado aunque sin excesivas complicaciones; 

el ruido de una chorrera atrae nuestra atención, 

así como el fuerte color rojizo-anaranjado de la tierra que arrastra.

Entramos en zona de pasarelas de madera superando obstáculos orográficos; 

una babosa gris se cruza en el camino; aquí solo las había visto negras, en Navarra y Euskadi, marrones e incluso albinas; 

de nuevo vemos otro aprovechamiento hidráulico en ruinoso estado, 

aunque conserva en su interior, 

parte de una posible maquinaria antigua de bombeo.

Pasamos por una zona de rápidos, 

antes de llegar a la desembocadura del Mera, con la explanada y área de recreo de O Pino; 

cruzando la carretera hay una playa fluvial con mesas sobre el Río Tambre. 

Iniciamos la vuelta por asfalto, 

con vistas de una nueva plantación de eucaliptos, 

giramos en el cruce al caserío de Tarroeira 

y sus cultivos, 

llegando al aparcamiento.

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