Sendero de San Miguel-Castillo-Alcazaba y Orihuela Monumental

 

Accedo desde la NA-340 al aparcamiento del Centro Comercial Ociopia; 

enlazo con la Calle Santiago 

observando la fachada de la Iglesia de Santiago del siglo XV, 

con reformas de los siglos XVI y XVIII, de estilo gótico isabelino o flamígero con tímpano (los escudos de los Reyes Católicos) 

y parteluz (con la gran escultura del santo titular del templo), a destacar su campanario y una carraca de tinieblas (rueda dentada que, al girar, choca con una lámina de madera y produce el sonido). 

Continuando recto ya en la calle Francisco Díe, 

enfrente del Museo de la Reconquista de Moros y Cristianos, 

de reformas;

 comienzo el ascenso por escaleras hacia el Seminario desde el Depósito del agua y Pozos de Cremós, dos pozos que distribuían el agua a gran parte de la ciudad.

Alcanzo el Seminario Diocesano de San Miguel, 

construido en el siglo XVIII, en respuesta de las previsiones del Concilio de Trento del siglo XVI, 

para una adecuada formación de los sacerdotes y ministros de culto católico. 

Echo un vistazo a la Vega Baja del Segura

 y continuo rodeando el seminario, para comenzar el ascenso por el Sendero de San Miguel; 

me acerco al Mirador donde hubo dos torres; 

el sendero desciende junto a un lienzo aislado de tapial de la muralla de poniente, con 6 m de largo y 4 de alto; en este lugar estuvo la Puerta de la Traición, en el camino de Rabaloche.

Este sendero de firme rocoso, dispone de pasamanos y escalones excavados en la piedra; 

en el primer cruce balizado de senderos, 

asciendo por la derecha

 hasta la bifurcación; 

sigo a la derecha encaramandome a una covacha, 

para continuar solo unos metros con el ascenso, pues voy atento a dejar el Sendero de San Miguel, para comenzar una empinada, larga y abrupta subida, aunque marcada con pintura y algún hito, el desvío pasa casi desapercibido por un paso poco visible.

Con el calor y el bochorno que reina en la zona, tengo que ir haciendo paraditas para limpiar el sudor, 

de paso me recreo con las escarpadas paredes de la cara sur de la Sierra de Orihuela; 

tras laborioso ascenso, alcanzo la máxima cota donde se encuentra el aljibe de la celoquia (o parte mas elevada de la fortaleza), de planta rectangular, 10 m de largo con capacidad para 75 m³ de agua, 

construido con tapial de hormigón, enlucido en su interior con cal hidráulica para impermeabilizarlo y cubierto con bóveda reforzada por un arco; 

presenta dos agujeros para extraer el agua; se especula su construcción a finales del siglo IX/principios del X.

Comienzo el descenso 

echando una visual al Palmeral de Orihuela, el segundo más importante de Europa con más de 600.000 m²; 

atajo al sendero que transcurre junto a la gran balsa llamada “Baños de la Reina”, rectangular (10 x 15 m) construida con mampostería trabada con mortero de cal y capacidad de 300 m³ de agua. 

El sendero cruza por los vestigios de dos portales, el interno de sillería, conserva en el suelo los quicios y en la pared un agujero para la tranca.

Sigo a la izquierda bajo el frente meridional del segundo recinto, destacan los cinco torreones cuadrangulares orientados al Sur

 del Castillo-Alcazaba, fortaleza de origen precalifal, construido en siete círculos, “llave y defensa de todo el reino de Valencia”, destruido en 1709 durante la Guerra de Sucesión de inicios del Siglo XVIII, debido a una gran explosión provocada por la caída de un rayo sobre el polvorín, ordenándose su demolición; para colmo, el terremoto de 1829 acabó incluso con parte de sus restos. Ahora solo le queda el pomposo título de “Ruinas Históricas” donde antaño residía el poder político y militar.

Llego a la Torre Taifal, restaurada en 2022; 

retomo el sendero apto solo para caballerías de época almohade,

 su traza zigzagueante salva la aguda pendiente, muchas veces tallado en la roca, a tramos se aprecia un pretil lateral de piedras trabadas con mortero de cal.

Enlazo con el track de la ida 

y lo sigo hasta bajar por las escalinatas

 a las calles de Orihuela, giro a la izquierda por la segunda calle hacia la Plaza del Salvador, 

donde se encuentra la escultura del Caballero Cubierto, una de las figuras más representativas de la Semana Santa oriolana; posee el privilegio de acceder al interior de la catedral sin descubrirse en la procesión del Santo Entierro de Cristo; 

la construcción de la catedral se inició a finales del siglo XIII sobre restos visigodos e hispano-árabes,

 en el exterior, observamos su torre hecha de sillares con planta cuadrangular, mantiene en uno de sus cuerpos la esfera del reloj sobre una balconada (siglo XVIII) 

y una de sus plantas albergo una prisión; en su interior destacan múltiples capillas;

 a su lado, el Palacio Episcopal sede del Museo Diocesano de Arte Sacro, 

construido sobre el antiguo hospital medieval del Corpus Christi; ha sufrido diferentes reformas o etapas constructivas, destaca el blasón del obispo promotor de las obras,

 como golpe de autoridad en el enfrentamiento que mantenía con los canónigos de la Catedral en la Plaza Salvador o de las Cadenas.

Paso al lado del claustro de la Catedral, obra renacentista procedente del antiguo convento de la Merced, construido hacia 1560; 

cruzo por la Plaza Teniente Linares, esquina Palacio del Marqués de Rafal, palacete del siglo XVIII con balcones de forja, frontones y escudos heráldicos; 

bordeo el Museo de Semana Santa 

con su monumento al nazareno 

y continuar por la Calle Santa Lucia, pasando por el Ayuntamiento

 a la de Arriba, en busca de la ermita de Nuestra Señora de Monserrate, obra de mampostería revocada en almagra, sobre un arco de acceso transversal; el origen de la ermita se debe a que en ese lugar predicó San Vicente Ferrer, a su llegada a la ciudad de Orihuela en octubre de 1410.

A la derecha se encuentra cerrado el Rincón Hernandiano, 

pongo fotos de una visita anterior; 

entorno que conserva los recuerdos del poeta oriolano, Miguel Hernández, nacido el 30 de octubre de 1910, ejemplo de perseverancia, consagrado como uno de los mejores poetas españoles del siglo XX; 

constituido por tres centros de interés: El Centro de Estudios Hernandianos, la casa en la que vivió Miguel y la sala de exposiciones. Atesora distintos objetos de sus primeros trabajos, manuscritos originales en los que descubrir el amor que sentía por el paisaje de su ciudad natal y por sus tradiciones; 

el único audio que se ha conservado con su voz, grabados y fotos sobre su vida en su relación con amigos, compañeros y familiares.

Enfrente 

se halla la vivienda donde paso su infancia; los rincones de la casa, 

sus enseres

 y el huerto 

donde pervive la añeja y famosa higuera; 

cruzo por la Sala de Exposiciones 

y salgo al Convento-Colegio Diocesano Santo Domingo, 

gran edificio compuesto por iglesia, convento y colegio; 

realizado en varias fases y afectado por terremotos, obligó a rehacer alguna de sus dependencias; se caracteriza por su gran monumentalidad y la marcada horizontalidad de fachadas; 

por la derecha rodeo a la Calle San Juan, giro a la izquierda por Cantareros 

y luego a la derecha por Pintor Agrasot, pasando por la Plaza Trinidad

 al Teatro Circo Atanasio Díe Marín, de estilo modernista valenciano e inaugurado en 1908, 

uno de los pocos ejemplares de la tipología de Teatro Circo Francés que quedan en Europa, ya que la gran mayoría de los teatros-circo españoles desaparecieron hace tiempo y los pocos que perduran renovados, son joyas de la arquitectura teatral.

Salgo frente al Casino, con marquesina de hierro, cristal en la puerta principal, fachada de sillería y ladrillo; 

tuerzo hacia el Río Segura e inicio del Camino de Caravaca; 

cruzo por las pasarelas de los azudes

 y al lado del reloj centenario en la Plaza de la Centuria Romana (siglo XIX); 



desde el Puente de Pte. 

atajo por el Museo de la Muralla, 

rodeo la Iglesia de las Santas Justa y Rufina, 

edificada en el siglo XIV, con reformas en los siglos XVI y XVIII; consta de una sola nave y capillas laterales entre los contrafuertes; 

posee dos portadas y un campanario; 

gran parte el templo es de factura gótica, aunque posee partes construidas o ampliadas en estilo barroco. 

Como el refugio de la Guerra Civil está casi siempre cerrado,

 continuo por la Plaza Carmen 

al aparcamiento por la Calle Hospital.


Comentarios