Senda fluvial del Río Tea-Balneario de Sabaxans-O Costal-Coto de Monzón
Parto pedaleando desde el Área de Autocaravanas de Mondariz. junto a la Playa Fluvial Do Val; desciendo a la Senda Fluvial del Río Tea;
cruzo bajo el Ponte de Cernadela
y la dejo al llegar al Pequeño Regato Furafolla.
Cruzo el Ponte Dos Pasiños o Pontella de Vilideira,
pisteo en subida hacia los Montes de Tatín
y dejo atrás una balsa;
llego al desvío por senda empinada e invadida de helechos,
hacia las ruinas del antiguo Balneario de Sabaxans o Casa de Baños de Ermelo;
las fuentes, balnearios y baños de Mondariz Balneario,
no eran las únicas de la zona, existían otras situadas en las proximidades del Gran Hotel, que no llegaron a tener el esplendor de la de A Gándara o la de Troncoso;
en el interior de los muros, además de la fuente mineral recomendada para combatir las enfermedades cutáneas, quedan tres bañeras, propias de los balnearios de principios del siglo XX; estos baños perdieron la clientela a causa de la falta de comodidad, del hospedaje y la competencia.
El sendero se hace pista y bifurca, aunque llevo un track que he preparado para la ocasión, surgen las dudas, giro a la derecha y me introduce el sendero en un corredor estrecho y zarzalero, quizás me hubiese ido mejor seguir de frente;
salgo a la carretera y cometo el error de atajar por otro sendero que fue un PR -por la pintura blanca en uno de sus troncos-,
pero los helechos y la pendiente lo han engullido; empujo la bici con gran dificultad, hasta que conecto con la pista que proviene de la carretera y me hubiese ahorrado este pequeño martirio.
Continuo por sendero
al entronque con pista eucaliptera, rodeado por el helechar y con los zarcillos pinchosos de los rosales silvestres, se enredan con facilidad si no vamos atentos;
termino el ascenso cortando una pista principal y desciendo ligeramente a O Costal;
hago un alto en la Iglesia de San Mamede de Sabaxáns y su cementerio adosado;
reconstruida en 1730 sobre otra anterior de época románica; templo de granito con espadaña de doble tramo, remates en pináculos y cruz de piedra.
Salgo de la aldea entrecruzándola por el Oeste, cambio de dirección por pista de tierra hacia el Norte, rodeando los Regatos Do Souto y Caxil, paso junto a otra balseta
y tomo a la izquierda en el cruce pistero;
veo al responsable de las boñigas, un caballo joven cuajado de moscas, en medio de la pista y no me quita ojo; tengo que pasar y al final se aparta;
entro en una bonita zona de encharcamientos y verdor,
con la chorrera del Regato Furafolla, abro la portilla y continuo en ligero ascenso.
Alcanzo un collado en As Espurreiras,
comenzando un descenso a la pista asfaltada por el Parque Natural de Gargamala;
la dejo por pista en desuso a la derecha en ascenso al Coto de Monzón;
escucho un ¡clac! y sorpresa, los raíles del sillín se han quebrado; improviso un apaño
y me dejo caer con el culo apoyando en su punta por una trialera, cerrada hacia su final por el helechar,
al asfalto hasta el aparcamiento en constante y veloz descenso, fin de una ruta que debiera llamarse “Una Serie de Catastróficas Desdichas”.
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