Ruta del Agua y de la Piedra (Sete Muiños) vuelta por Escádebas
Acedemos desde la N-VI a Guitiriz; por las LU-P-2301 y CP-23-04, al aparcamiento del área recreativa de Os Sete Muíños en la Comarca da Terra Chá (Galicia).
El paseo señalizado siguiendo el curso del río Escádebas, denominado Ruta del Agua y de la Piedra, recorre siete molinos, aunque en realidad los molinos son cinco; el topónimo de Sete Muiños se refiere al número de ruedas que componen, dos de ellos trabajaban con dos ruedas.
Algunos de estos molinos se encuentran en aceptable estado y abiertos, aunque con falta de limpieza y mantenimiento, no solo en la maquinaria, sino en el ultimo tramo del recorrido por la abundante maleza.
Partimos junto al cartel anunciador de la ruta relacionada con la fauna del lugar;
escaleras abajo, echamos un vistazo al pequeño embalse, acondicionado como piscina natural y habilitado para el baño;
el sendero transcurre en su primer tramo por el margen derecho del rio Escádebas con el primero de los molinos sobre el embalse.
Embutidos en la tupida vegetación y acompañados por el sonido del agua,
enlazamos a corta distancia con los dos molinos siguientes;
cruzamos un puentecillo de madera
y bajo la A-6;
vemos el cartel explicativo de otro aprovechamiento del agua, las denominadas “moas” usadas para afilar guadañas, fouciños y demás herramientas agrícolas (4º molino).
El sendero transcurre por tramos con el suelo enraizado y húmedo, debemos extremar la precaución y evitar resbalar;
cruzamos otro pequeño puente de madera
antes de llegar al de piedra; el Ponte de Escádebas,
con más de un siglo de historia, construido por los lugareños para unir las aldeas rurales de Escádebas y Sesulfe, dando servicio a las fincas de ambos márgenes y zona de extracción de arena para la construcción.
Orillados al río,
pasamos por un bosquete de eucaliptos;
nos separamos unos metros para ver la Fuente de Escádebas,
oculta tras helechos y zarzas, manando un hilo de agua;
alcanzamos el 5º molino,
transitando por un tramo donde el río toma amplitud en sus márgenes, aflorando alguna roca de su fondo.
El sendero se vuelve agreste y matorralero,
antes de entrar en la zona mas espectacular, la de los penedos o bolos de roca que invaden el curso fluvial;
llegamos al 6º molino,
unos metros después, al intentar rodearlo,
aparece la espectacular Fervenza de Escádebas, escondida a la vista si no dejamos momentáneamente el trazado.
De vuelta al sendero, en pocos metros, encontramos el 6º molino;
tras un tramo sinuoso y tremendamente agraciado,
aparece un antiguo paso en forma de estrecho puente con original pasamanos,
nos permite adentrarnos en el 7º y último de los molinos que jalonan el Escádebas.
Volviendo sobre nuestros pasos,
llegamos a la bifurcación de senderos que pasamos a la ida y que ahora tomaremos a la derecha alejándonos del curso fluvial, para atravesar una campa
donde se inicia la pista
que nos conduce a la coqueta aldea de Escádebas.
Continuamos pisteando por la CP-23-04 en su tramo sin asfaltar,
al entronque con entrada a la Piscina Municipal y, a poca distancia, a la carretera
que nos conduce al aparcamiento.
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