El Hayedo de Valdosín, el Grillo curioso y las Babosas copuladoras
Accedemos por el Puerto de Tarna CL-635, cercana al Área Recreativa Los Carbellares, se encuentra un tramo de pista en desuso donde aparcar (43° 4'22.31"N 5° 9'30.25"W). Nos encontramos en la Cordillera Cantábrica, dentro del Parque Regional de los Picos de Europa, perteneciente a la Reserva Regional de Caza de Riaño.
Comenzamos a caminar cruzando los prados de la Vega de San Miguel,
dejando a la derecha la ubicación donde estuvo ermita medieval de San Miguel, cuyo origen se remonta a la Baja Edad Media (siglos V a X);
campo través, cruzamos en el Valle de Valdosín el puente sobre el Río Esla,
enlazando con el Camino de Ventaniella, mantuvo su importancia durante el medievo, cuando era uno de los mejores pasos para atravesar la Cordillera Cantábrica, continuamos por la Senda La Turriente-Ventaniella PR LE-20. Pasamos junto a la Fuente del Naranco;
En Tras de Frade, la pista entra en un estrecho bajo la Peña del Castiello, donde habita una importante colonia de aviones roqueros;
vemos cascadas y pozas en el Esla,
rodeamos un portón metálico,
la pista se abre a una campa con panorámicas sobre los vestigios del intenso glaciarismo que esculpió estas cumbres, valles y cubetas donde el suelo tiene profundidad, el pastizal, mantenido por el pastoreo, es bueno y apreciado para el pasto de vacas y yeguas. La fauna viene representada por los corzos en las zonas bajeras y los rebecos en las peñas más altas.
Nos desviamos a la derecha en fuerte ascenso, para admirar la Hayona de Valdosín.
Las hayas, en el mundo mágico y de leyenda, están consagradas a la Luna con el fin de aumentar las capacidades intelectuales y la sabiduría.
Árbol relacionado con los estudios, la ciencia y el conocimiento. Se trata de un ejemplar de 23,50 m. de altura, con un perímetro de 6,30 m. y una edad estimada entre 200 y 350 años. Su singularidad viene dada por su tamaño y porte.
Hemos de vadear por piedras el Arroyo de las Corvas,
siguiendo su curso por el margen derecho entre piornos, brezos y acebos (Ilex aquifolium) un arbusto perennifolio frecuente en los hayedos y robledales de toda Europa occidental; forman corros de gran desarrollo, con alturas de 10 a 14 m y diámetros de más de 70 cm; en el interior de estas densas agrupaciones, descansan y se guarecen de las inclemencias del tiempo el ganado y la caza. Un caballo nos observa muy atento
y nos rodea sin quitar ojo;
enlazamos con la pista por la que volveremos,
echando un vistazo a la Majada de Lario y,
en la Caseta de Polvoredo,
giramos a la derecha paralelos al arroyo,
para vadearlo salvando por bajo una alambrada.
En fuerte y zigzagueante ascenso, dejamos la zona de pradería y matorral,
por la de hayas y robles centenarios,
nos dirigimos hacia la escondida Caseta de La Uña a 1462 m.
Vamos caminado por traza senderil, disfrutando de la magia del Hayedo de Valdosín;
tomamos la fruta caminado intuitivamente en busca de los ejemplares mas agraciados;
iremos descendiendo
por tramos con distinto grado de inclinación por el Monte del Rebollar,
cruzamos varias veces un arroyuelo,
vemos dos babosas unidas por sus extremos, con una sustancia lechosa entre medias, están copulando, son hermafroditas, tienen órganos reproductores masculinos y femeninos, pero no pueden autofecundarse, cada una aporta su esperma.
Finalmente vadeamos el de las Corvas; cuando me estoy quitando ropa, aparecen una libélula
y un curioso grillo/saltamontes
que quiere apuntarse al paseo;
se trata de un macho de Callicrania ramburii/monticola.
Enlazamos con el track de la ida,
pisteando ahora hasta el entronque con el sendero al puente de vuelta,
realizamos una variante de la ida menos matorralera
hasta la autocaravana.
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