Rambla del Lichor-Sendero de los Forestales-Rambla de Benito-Barranco de la Viga

 

Accedemos desde Blanca por la RM-520, seguimos por la carretera al Campo de Ricote, enlazamos con la RM-B15 que viene de Ricote; en 2,4 km, aparcamos junto al contenedor de basura de la vivienda, donde mora un simpático anciano (entre los km 7 y 8).

Seguimos caminando por la carretera durante 125 m; torcemos por pista a la derecha y seguimos rectos 140 m; giramos a la derecha por pista lomera

hasta una vivienda solitaria, 

descendemos por su parte trasera a través de los aterrazados terrenos al fondo de la vaguada; 

la cruzamos para tomar una traza motera que seguimos un trecho en subida, 

hasta enlazar con una pista en desuso a nuestra izquierda.

Rodeamos una cota (329 m) y descendemos desde un collado (315 m) a la Rambla del Lichor, 

pateamos su lecho durante 200 m, 

saliendo a la izquierda por traza motera; 

terminamos el ascenso en el Collado de Los Colorados (332 m), 

seguimos a la derecha por el Sendero de los Forestales PR MU-58, unía las antiguas casas forestales de la Sierra del Oro en Abarán y el actual albergue juvenil, con la de Cuesta Alta (ruinas), en la cara norte de la Sierra de Ricote.

Vemos numerosas casas de campo ruinosas 

mientras descendemos a la Rambla de Benito; 

entre la Sierra de Ricote y la del Oro se encuentra esta rambla que siempre lleva agua, 

cuyo cauce es también la vía pecuaria “El Cordel de Charrara”; 

nos acercamos a la zona del estrecho, un tajo abierto por las aguas de escorrentía, provenientes de la cara sur de la Sierra del Oro; 

descendemos un tramo corto por el camino empedrado del Saltaor, para ver las ruinas de un molino, que antaño y gracias al agua que se derivaba de la rambla, picaba esparto para los alemanes, demandan estropajos de esparto por su valor ecológico y para fabricar recipientes donde, entre otras cosas, podían guardar las frutas de la zona de Abarán.

Volvemos sobre nuestros pasos para continuar por el curso de la rambla; bajo el paredón rojizo de la Hacienda del Cura, rodeado de palmeras, vemos las ruinas de la Casa de Perete; 

nos encontramos en un entono árido con zonas húmedas y encharcadas donde crecen carrizos, adelfas y tarays, 

bajo laderas de margas, yesos y areniscas; 

hay tramos de piedra suelta, unas laderas acarcavadas y otras estratificadas donde la erosión ha dejado su huella, van apareciendo más ruinas de edificaciones con viejos olivares, 

casi siempre situadas en las alturas de los bordes rambleros; 

los arrastres del agua que fluye abundante, tiñen de rojizos tonos los surcos, arena y guijarros; vamos cruzando indistintamente de margen 

e incluso por olivares hasta salirnos por el Barranco de la Viga.

Dejamos el cauce ramblero por sendero bajo pinar de vuelta, paralelos a la Rambla de Benito 

afrontamos una rampa, cuyos surcos provocados por las actividades endureras de los moteros, se hallan agrandados debido a las ocasionales lluvias torrenciales; 

enlazamos con el Sendero de los Forestales

 próximos al Collado de Los Colorados por donde vinimos; 

en el descenso, derivamos a la izquierda sorteando olivos aterrazados, 

con tramo final de mucha pendiente al fondo de la Rambla del Lichor; tras breve exploración, 

el cañar y lo abrupto del terreno, nos hace desistir; enlazaremos con el track de la ida, realizando los 240 m dificultosos que nos quedan por hacer.

Para no volver por el mismo lugar. nos desviamos primero por traza senderil y después por pista, donde encontramos dos jabalíes muertos en distinto grado de descomposición; 

desde una casa en ruinas, 

descendemos para eludir por llano matorralero un encharcamiento 

y seguir una senda en desuso bajo los frutales y olivos del huerto, 

hasta la pista de la ida 

y de ahí al coche, pues ya va siendo hora de comer un arroz y conejo, 

que tenemos encargado en el Bar La Carmen.

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