Rambla del Lichor-Sendero de los Forestales-Rambla de Benito-Barranco de la Viga
Seguimos caminando por la carretera durante 125 m; torcemos por pista a la derecha y seguimos rectos 140 m; giramos a la derecha por pista lomera
hasta una vivienda solitaria,
descendemos por su parte trasera a través de los aterrazados terrenos al fondo de la vaguada;
la cruzamos para tomar una traza motera que seguimos un trecho en subida,
hasta enlazar con una pista en desuso a nuestra izquierda.
Rodeamos una cota (329 m) y descendemos desde un collado (315 m) a la Rambla del Lichor,
pateamos su lecho durante 200 m,
saliendo a la izquierda por traza motera;
terminamos el ascenso en el Collado de Los Colorados (332 m),
seguimos a la derecha por el Sendero de los Forestales PR MU-58, unía las antiguas casas forestales de la Sierra del Oro en Abarán y el actual albergue juvenil, con la de Cuesta Alta (ruinas), en la cara norte de la Sierra de Ricote.
Vemos numerosas casas de campo ruinosas
mientras descendemos a la Rambla de Benito;
entre la Sierra de Ricote y la del Oro se encuentra esta rambla que siempre lleva agua,
cuyo cauce es también la vía pecuaria “El Cordel de Charrara”;
nos acercamos a la zona del estrecho, un tajo abierto por las aguas de escorrentía, provenientes de la cara sur de la Sierra del Oro;
descendemos un tramo corto por el camino empedrado del Saltaor, para ver las ruinas de un molino, que antaño y gracias al agua que se derivaba de la rambla, picaba esparto para los alemanes, demandan estropajos de esparto por su valor ecológico y para fabricar recipientes donde, entre otras cosas, podían guardar las frutas de la zona de Abarán.
Volvemos sobre nuestros pasos para continuar por el curso de la rambla; bajo el paredón rojizo de la Hacienda del Cura, rodeado de palmeras, vemos las ruinas de la Casa de Perete;
nos encontramos en un entono árido con zonas húmedas y encharcadas donde crecen carrizos, adelfas y tarays,
bajo laderas de margas, yesos y areniscas;
hay tramos de piedra suelta, unas laderas acarcavadas y otras estratificadas donde la erosión ha dejado su huella, van apareciendo más ruinas de edificaciones con viejos olivares,
casi siempre situadas en las alturas de los bordes rambleros;
los arrastres del agua que fluye abundante, tiñen de rojizos tonos los surcos, arena y guijarros; vamos cruzando indistintamente de margen
e incluso por olivares hasta salirnos por el Barranco de la Viga.
Dejamos el cauce ramblero por sendero bajo pinar de vuelta, paralelos a la Rambla de Benito
afrontamos una rampa, cuyos surcos provocados por las actividades endureras de los moteros, se hallan agrandados debido a las ocasionales lluvias torrenciales;
enlazamos con el Sendero de los Forestales
próximos al Collado de Los Colorados por donde vinimos;
en el descenso, derivamos a la izquierda sorteando olivos aterrazados,
con tramo final de mucha pendiente al fondo de la Rambla del Lichor; tras breve exploración,
el cañar y lo abrupto del terreno, nos hace desistir; enlazaremos con el track de la ida, realizando los 240 m dificultosos que nos quedan por hacer.
Para no volver por el mismo lugar. nos desviamos primero por traza senderil y después por pista, donde encontramos dos jabalíes muertos en distinto grado de descomposición;
desde una casa en ruinas,
descendemos para eludir por llano matorralero un encharcamiento
y seguir una senda en desuso bajo los frutales y olivos del huerto,
hasta la pista de la ida
y de ahí al coche, pues ya va siendo hora de comer un arroz y conejo,
que tenemos encargado en el Bar La Carmen.
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