Sierras Caravaqueñas
Salgo pedaleando del aparcamiento en el Paraje Natural de las Fuentes del Marqués,
en ascenso continuo por la carretera de Archivel paso el Llanico; desde el Llano de Bejar,
dejo la carretera por la pista asfaltada del Camino Mairena, en la bifurcación continuo a la derecha paralelo a la Rambla de Bejar bajo la Cuerda de Los Gavilanes; en la siguiente bifurcación sigo a la izquierda en ascenso, entre las Sierras de la Garra y Pajarero
alcanzo el Campo de Bejar
para tomar a la izquierda, una pista que vadea la Rambla de las Buitreras; sigo su curso por vereda
bordeando las Casas de Pedro Vélez
y enlazando con la carretera del Campo de Béjar, por donde transcurre el Cordel de Cehegín.
En el Collado de Los Alamos giro a la derecha por la pista que faldea la Sierra de Enmedio; acabada la pista comienza el primer sendero hasta el Collado de las Tablas (1197 m), cruzo la carretera
y sigo descendiendo entre pista y sendero
hacia la aldea de Benamor, situada en un valle precioso con almendros, chopos y nogales, por donde bajan encauzadas y sonoras las aguas de la Fuente de Benamor;
enlazo con la pista aún en descenso
hacia el Cortijo de la Santa;
giro a la izquierda en el cruce con la pista que viene del Corral de la Hoya hacia Casa Nueva (ruinas) y su monumental encina,
entrando en una zona arbórea de factura selvática, donde el agua de dos arroyuelos subsidiarios del río Benamor, invade el camino encharcando y embarrando las curvas cerradas.
Hago una parada en el idílico Cortijo de Los Barrancos rodeado de grandiosas encinas y el murmullo del gua entrando en su alberca;
inicio un ascenso a la pista de la Umbría del Buitre,
voy dejando atrás los Cortijos de la Umbría
y Buitre
mientras rodeo el pico del Buitre (1427 m);
en el cruce con la Punta del Farol,
viro a la izquierda para descender por el largo y trialero Sendero de las Balsicas, con tramos muy difíciles por las grandes rocas, raíces y surcos de escorrentia.
Corto el Barranco del Moro enlazando con la pista de vuelta a la Urbanización Buenavista;
a su salida, cojo pista al Este hacia paraje de El Copo,
un bosque mixto de viejos olivos, pinos carrascos de alto porte y carrascas centenarias con una antigüedad de más de 400 años.
Sigo hacia la Cueva de la Fuente del Marqués, excavada en la época islámica, en lo alto existen canales y piletas relacionadas con el empleo de tintes para el cuero o con la destilación de alcoholes y plantas aromáticas, también se encuentran restos arqueológicos, unos muros de hormigón de cal pertenecientes a una edificación de época musulmana. Se desconoce la finalidad que pudo tener, aunque se especula que pudieran ser baños.
Cruzo por el centro del paraje entre higueras, abedules, fresnos, almeces y álamos entorno al agua que se usaba también como fuerza motriz para batanes y molinos, prueba de ello son los dos cercanos que existieron, uno de ellos aún perdura;
veo las tres "sartenes", construidas con un material rocoso, de origen biológico llamado "roca de travertino" fruto de la sedimentación de la cal disuelta en el agua, sobre la materia vegetal a la que con el tiempo mata; sus aguas contienen barbos, carpas, truchas arco iris, camarones de agua dulce y galápagos leprosos.
Las aguas subterráneas de las sierras circundantes, al encontrarse con un sustrato impermeable, surgen en las Fuentes del Marqués a través de cuatro nacimientos con un caudal medio de 320 l/s.
Solo me restan unos metros por sendero acondicionado al aparcamiento.
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