Nacimiento del Río Guadiela

Accedemos desde la CM-210 hacia Cueva del Hierro, aparcamos en la explanada inicio de la Ruta al nacimiento del Río Guadiela.

Partimos caminando paralelos al Arroyo de la Cañada, 

por ancha pista monótona y de buen firme durante 2,7 km, vemos junto a un gamonal, 

un lepidóptero Graellsia isabelae; de intenso color esmeralda, mariposa nocturna de estos pinares, una de sus mayores áreas de distribución;

 aparece por la derecha curveante el Río Guadiela; 

en 850 m alcanzamos el cruce pistero, donde hubiera sido mejor dejar el coche visto lo visto.

Seguimos por la izquierda (volveremos por la derecha), 

paralelos a la pista continuamos orillando al protagonista de nuestra ruta: El nacimiento del río Guadiela;

enmarcado en la Alta Serranía de Cuenca, estribaciones del Sistema Ibérico; su relieve nos permite interpretar la historia geológica del territorio, resultado de la conjunción de procesos geológicos, que han dado lugar a diferentes formaciones, constituidas mayoritariamente por rocas calcáreas, como calizas, margas y dolomías.

La acción del agua sobre estas rocas, ha dado lugar a impresionantes formas geológicas, resultado de procesos kársticos, como lapiaces, tormos, dolinas (torcas) o simas. El río Guadiela es el curso fluvial principal de la región, se encaja profundamente en el terreno calcáreo formando hoces y cañones fluviales, en algunas zonas con escarpes que superan los 200 m de desnivel. Su afluente, el río Cuervo, ha labrado importantes hoces, flanqueando el cauce en su transcurso aguas abajo.

Disfrutamos como críos de los lirios amarillos entre pozas y pequeños saltos de agua, 

retomamos la pista cerca del cruce que seguimos por la derecha, 

volvemos a tomar una vereda 

orillándonos y sorteando el sotobosque bajo pinar;

 la espesura y el trazado del paso del ganado bajo las ramas bajas, 

nos obliga a ir tomando alternativas

hasta que se cierra por completo; 

nos separamos del cauce

 y salimos al final de la pista, donde encontramos el primer nacimiento y tomamos el mantente.

Vadeo el riachuelo

 y exploro hasta visualizar la pista, vuelvo, y todo el equipo reanudamos la marcha; en pocos metros pasamos por la caseta del segundo nacimiento,

 semisumergido, se encuentra el cadáver en descomposición de un cordero, contaminando estas aguas tan límpidas.

Tras superar un montículo siguiendo una vereda, nos salimos por la derecha de un prado para tomar la pista de vuelta; 

en el primer cruce, nos acercamos por la derecha a un refugio, 

continuando por sendero 

 y cruzando una zona de antiguos cultivos; 

nos saca a la pista un arroyuelo impenetrable, cuando nos restan 500 m para el cruce y 3,5 km de pista para llegarnos al aparcamiento.

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