Paraje de la Rambla del Huérfano y Sequía del Complejo Lagunar del Manzano

Acceso desde la carretera de Mula a Pliego C-3315; siguiendo por la C-5 hacia Casas Nuevas; faltando 660 m para su entrada y a la altura de las Casas del Terrero, se gira por pista asfaltada a la derecha durante 6,84 km; en el enlace con la carretera MU-503 proveniente de Bullas, hay que seguir por la izquierda 680 m para aparcar en su orilla hasta cuatro coches (37°57'16.07"N 1°39'48.97"W).

Partimos caminando 180 m carretera arriba 

y torcemos a la derecha ascendiendo por pista forestal; tras 500 m, giramos a la derecha entre almendros durante 300 m, 

pasando por un collado (788 m) y en el descenso alcanzamos el cruce de pistas por donde volveremos.

En una curva y vaguada del camino, vemos varios nogales y, poco mas adelante, abundancia de acebuches; 

vamos atentos a dejar el camino, descendiendo unos metros a un talud, por el que abrirnos paso entre la flora con vistas de la laguna, ahora completamente seca, de la Rambla del Huérfano.

La pertinaz sequía que está provocando cuantiosos daños a la agricultura, se deja sentir en estos lugares, donde la afluencia de agua proveniente de las filtraciones y arrastres, se limita al subsuelo y en menores proporciones.

Tomamos el mantente en el Barranco del Manzano, 

donde proliferan las xanthium o “arrancamoños” 

una hierba nociva que invade tierras de labor, envenenando al ganado poco selectivo, como los cerdos, que enferman y mueren al consumir las plantas jóvenes y las semillas, las partes más tóxicas; este género se ha utilizado por sus propiedades medicinales y para elaborar tinte amarillo para teñir el cabello de color rubio.

El Lago del Manzano con 200 m de largo por 45 m de ancho, cuando contiene el preciado líquido, 

nos permite caminar por su fondo sin problemas con el barro, 

yo lo hago por la inclinada orilla debido al track; 

este complejo lagunar desagua normalmente a través de una salida en cascada con suelo encementado; ahora lo filtra el subsuelo.

Continuamos a la izquierda por una traza entre pinos, zarzas, pistacias y chaparros, 

acompañados por pequeños saltos de agua y alguna poza; 

pues aquí no se nota la falta de agua; el ramblizo entra en una preciosa zona rocosa a modo de desfiladero;

 culmina con unas cascadas donde no podemos acceder sin material de barranquismo.

De vuelta hay un paso para cruzar al otro margen, donde habitualmente se forma una cascada;

vamos rodeando entre carrizos la Rambla del Huérfano, 

para cruzar por un sembrado de avena 

con aislados quejigos, roble carrasqueño o roble valenciano (Quercus faginea), especie autóctona del bosque mediterráneo que abunda en esta parte embelleciendo el paisaje sobretodo en primavera.

Encontramos dos de los insectos más famosos de España, el más común de nuestros escarabajos aceiteros, “Berberomeloe majalis”, de hasta 7 cm,

 cuando es molestado exuda un aceitoso líquido anaranjado (su propia sangre), cargado de un veneno llamado cantaridina, en contacto con la piel produce ampollas, e ingerida inflamaciones en el aparato urinario y de paso una erección, antiguamente se consideraba un afrodisíaco. 

Las larvas de las hembras del género Meloe (sin las rayas rojas) trepan a una flor y se agarran al pelo de la abeja, viajan a su nido y cuando la abeja está poniendo un huevo en una celdilla, se sube al huevo, la abeja sella la celda, la larva de aceitero se come el interior del huevo flotante, dentro de la delgada cáscara se transforma en un gusano, que se alimenta de miel y crece hasta llenar la celda.

Vamos atentos a cruzar el barranquete por nuestra izquierda, 

para enlazar con una traza senderil, nos conduce al inicio de la pista, por la que volveremos 

al cruce de la ida, de vuelta al aparcamiento.

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