Sendero de los Sentidos. Parque Rural de Anaga

Accedemos desde la TF-5 hacia La Laguna, después, por las TF-13 y TF-12 a la Sierra de Anaga, aparcando en el precioso Mirador Cruz del Carmen,

construcción semicircular adoquinada y con barandas de cemento, enmarcado en un pequeño jardín con pérgola, donde se disfruta de excelentes vistas sobre la Laguna, la Dorsal Central de la isla de Tenerife, las laderas al Norte y al Sur de la isla y el omnipresente Teide al fondo.

Ademas del mirador, hay un centro de recepción de visitantes, con una exposición sobre los valores naturales y culturales de Anaga, donde ampliar información sobre rutas, una ermita dedicada a la Virgen del Carmen y un edificio donde se celebra un mercadillo de artesanía. 

Comenzamos el paseo por el Sendero de los Sentidos, enfrente del cartel explicativo sobre las propuestas ruteras del Parque Rural de Anaga, 

espacio abrupto con excepcionales valores naturales y culturales, que cuenta con paisajes de gran armonía y belleza, fruto de la coexistencia del ser humano y la naturaleza en un territorio agreste.

El Sendero de los Sentidos transcurre por un antiguo camino real, unió los pueblos de Anaga con la ciudad de La Laguna; 

Parte del trazado ha sido recuperado para invitarte a sentir tocando las texturas rocosas, oliendo los matices vegetales, percibiendo el colorido de los bellos paisajes, escuchando el susurro del viento entre los árboles o el canto de las aves que viven en la laurisilva.

Dispone de tres trazados diferentes, todos cortos y de nula o escasa dificultad, nosotros optamos por el n.º 3; 

aunque tradicionalmente se empleaba el término de laurisilva (en latín “bosque de laureles”) para denominar a este bosque propio de los archipiélagos atlánticos de Canarias, Madeira y Azores, 

actualmente se usa el término de monteverde para describir este bosque antiquísimo, una reliquia de hace millones de años, con tantas especies únicas.

Caminamos inmersos entre grandes árboles, plantas y trepadoras: Laurel (Laurus novocanariensis),

Hija (Prunus lusitanica ssp. Hixa), 

Faya (Myrica faya),

 Viñátigo (Persea indica), 

Acebiño (Ilex canariensis), Naranjero (Ilex perado ssp. Platyphylla). Tejo (Erica scoparia), Follao (Viburnum rigidum), Palo blanco (Picconia excelsa),

 Sanguino, etc.

Como las hojas del mas abundante se parecen a las del laurel (hojas anchas, lanceoladas, duras, perennes), de ahí lo de laurisilva. Entramos por la pasarela de madera 

al mirador del Cortafuegos tomado por la vegetación y sin vistas; 

retornamos al sendero señalizado, 

progresando en descenso 

por suelo escalonado con troncos en algunos tramos.

El denso ramaje busca la luz y el escaso sol que penetra en su abigarrado follaje, se inclina hacia el trazado a modo de bosque galería; 

los antiguos agricultores de Anaga, los carboneros

 y las “gangocheras” con el cesto en la cabeza y descalzas, solían recorrer estos caminos.

Alcanzamos el cruce del PR-TF1 primero, 

después, la estación meteorológica dotada de pluviómetro, termómetro y anemómetro, 

junto a ella, el singular Mirador Llano de los Loros, 

donde observar las vistas de Santa Cruz, el Barranco de Tahodio y su presa.

Como hemos venido en cómodo descenso, ahora volveremos remontando por el boscoso sendero, agradeciendo el frescor que retiene su cubierta vegetal; 

cruzamos entre los restos de dos sugerentes y mágicos troncos,

 ascenderemos por una rampa escalonada

 y enlazaremos con el track de la ida

 de vuelta al aparcamiento.



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