Camino Natural del Tajo-Salto de Poveda-Laguna de Taravilla-Casas del Salto

 

Accedemos por la CM-210 desde Taravilla hacia Poveda de la Sierra, al cruzar sobre el Río Tajo, tomamos por la izquierda la pista forestal del Salto de Poveda; en 3,3 km, nos conduce al segundo aparcamiento de salida en el Parque Natural del Alto Tajo.

Caminamos por la pista 220 m, 

descendemos unos metros de aguda pendiente, aunque poco mas adelante se baja sin dificultad, 

a la pasarela de pescadores sobre el río Tajo; 

subimos unos escalones horadados en el suelo rocoso, muy resbaladizos por las recientes lluvias, ayudados por cuerdas de apoyo; 

de infarto el espectáculo del otoño con el el agua esmeralda y la cromática vegetación;

avanzamos paralelos a su ribera 830 m; 

vemos conjuntos de setas 

y un plegamiento

 en este Camino Natural del Tajo.

Alcanzamos el Mirador del Salto, balcón natural con una vista privilegiada del increíble Salto de Poveda; 

en otros 155 m, nos asomamos con precaución al muro del Salto de Poveda. 

Seguimos ascendiendo por el sinuoso sendero, 

ayudados por barandillas de cuerdas en algún tramo; 

salimos a la pista que bordea por la derecha la Laguna de Taravilla o de la Parra; 

se formó gracias al desarrollo de una barrera de toba hace alrededor de 11.000 años, cuyas medidas son 175 m de longitud por 75 m de ancho y una altura de 30 m; aunque un arroyo le aporta caudal, la mayoría de su alimentación proviene de agua subterránea; aporte subterráneo que no responde de manera inmediata a las lluvias. 

Los limos y arcillas que se acumulan en su fondo, han registrado con gran precisión los cambios ambientales y climáticos de los últimos dos mil años, al contener partículas minerales, granos de polen y diminutos fósiles de organismos que vivieron en sus aguas; 

otra particularidad de esta laguna es que, si se encontrara vacía, se podrían distinguir unos bordes muy abruptos y un fondo sorprendentemente plano, debido a la posible existencia de una cueva cuyo techo se desplomó, dando lugar a una cubeta que fue inundada por el agua.

Nos tomamos el mantente sentados en el banco de madera en su pequeña área, donde un petirrojo atrevido, nos conmina a marcharnos para así poder comerse las miguitas de pan.

En la cercana bifurcación pistera, 

tomamos por la derecha hacia el puente colgante sobre el Río Tajo; 

zona de baño muy conocida y concurrida sobre todo en verano.

El sendero transcurre por un bosque de ribera muy bonito

 a las Casas del Salto, 

antiguas instalaciones de una central hidroeléctrica rehabilitadas al turismo rural; seis casas, con capacidad desde dos hasta ocho personas, un pequeño bar-restaurante con comida casera y cuyas especialidades son: ternera a la piedra con salsa de boletus, migas y guiso de cordero con níscalos.

Poco mas adelante torcemos a la derecha, 

asomándonos desde el muro primero 

y descendiendo unos escalones después para disfrutar desde otra perspectiva el Salto de Poveda. 

Volvemos al aparcamiento de las Casas del Salto, 

para coger la pista principal de vuelta a la salida rutera.

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