Acueducto Romano Albarracín-Gea-Cella (Tramo IV Barranco de los Burros)

 

Accedemos por la A-1512 desde San Blas a Gea de Albarracín, a la salida del pueblo, una pista por la derecha, nos conduce en 90 m al primer aparcamiento de salida con cartel informativo.

Uno de los mayores acueductos que nos dejó la presencia romana en Hispania fue el de Albarracín-Gea-Cella, con más de 24 km, 8 de los cuales son túneles excavados en roca); 

la recepción de las aguas del río Guadalaviar al acueducto, se producía a la altura del Azud de Santa Crochem 4 km aguas abajo de Albarracín. 

El pequeño tramo que vamos a visitar, tras hacer la ruta del Camino Natural del Guadalaviar y la Presa del Embalse de Arquillo, es el que transcurre por el Barranco de los Burros.

Partimos caminando por el fondo del barranco

superando por escalones rocosos y barandilla de metal el murete de contención contra avenidas; 

unos metros adelante, ya vemos las ventanas del acueducto, cuyo criterio seguido en la técnica para su construcción, fue la excavación en roca y en galería de la mayor parte de los tramos del recorrido, garantizaba su resistencia frente al paso del tiempo y reducía costes de mantenimiento.

Superamos un escalonamiento de lajas calizas

para llegar a un elevado canal de roca, 

donde tomar el cortito sendero

 y penetrar por el túnel de sección cuadrada, excavado en la roca caliza, presenta una altura aproximada variable desde 1,80/1,50 m de alto por 0,8/1,25 m de ancho, provocando, si no llevamos la cabeza agachada, algún doloroso coscorrón.

Las ventanas de aireación se alternan unos 10 m como término medio, permitiendo la entrada de luz, la evacuación de escombros y seguir el recorrido del canal desde el exterior. 

A la hora de construir el trazado, primero se abrían estos ventanales y después se unían los dos extremos del túnel que delimitaban.

De vuelta a la entrada, dado que los derrumbes habituales interrumpen el paso, 

exploramos el otro tramo de enfrente; 

aunque en línea recta la unión de los dos extremos del acueducto son 15 km, la adaptación a la orografía y curvas de nivel, produjo 9 km extra para evitar las obras de fábrica y las estructuras volantes en los cruces aéreos, 

cuando fue necesaria su construcción, se tendieron canales de madera de sabina, abundante en la zona y extremadamente resistente frente al agua, ademas de estar calafateados para su impermeabilitación. 

Se calcula que pudo transportar hasta 270 l/s de agua.

Bajamos por el mismo sendero de la ida

 calculando que, además de los elevados costes que supuso en cuanto a esfuerzo humano, hay que reseñar desde el punto de la Ingeniería hidráulica de la época, la reducidisima pendiente que presenta el recorrido, buscando llegar a la ciudad de Cella con la máxima altura posible.

Desandando lo andado, alcanzamos el aparcamiento preguntándonos la finalidad de tamaña obra; las hipótesis planteadas que motivaron su construcción pudieron ser: consumo humano, regadío o uso industrial; 

aunque por diversos motivos no se ha podido determinar ninguna con exactitud, toma consistencia la posibilidad de que hubiese existido un asentamiento de las legiones romanas en la antigua Cella (una piedra rojiza con inscripciones en números romanos y el águila como símbolo, podrían atestiguarlo pero ha desaparecido).

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