Pinturas Rupestres del Rodeno

 

Accedemos desde el Barrio del Arrabal de Albarracín al aparcamiento de las pinturas rupestres (40°23'16.56"N 1°24'22.91"W). Han colocado parquímetros en todos los aparcamientos y está prohibido aparcar en cualquier otro lugar; lo de ponerle puertas al campo recobra sentido en estos lugares, donde se exprime al turista todo lo que se puede, a cambio de muy poca infraestructura. Las autocaravanas lo tenemos aún peor.

El Arte Rupestre del Arco Mediterráneo (Patrimonio de la Humanidad en 1998), abarca desde desde los Pirineos hasta Andalucía oriental; la Sierra de Albarracín alberga un buen número de ejemplos de arte rupestre y una buena muestra de los mismos se visitan en este recorrido.

Las pinturas rupestres presentan dos estilos: Uno es el Arte Levantino (10.000 años), manifestación de los últimos cazadores-recolectores, basado en representaciones figurativas (arqueros, ciervos, bóvidos, caprinos y alguna figura femenina); otro es el Arte Esquemático (6.500 años), compuesto por figuras antropomorfas, animales, grupos de puntos y símbolos; 

se supone que su finalidad práctica era de carácter mágico-religioso para propiciar la caza, para ello usaban pigmentos minerales molidos y carbones vegetales aplicados con los dedos, ramas quemadas, cañas huecas o pinceles, lo hacían directamente o aglutinados con resina o grasa.

Partimos por pista a la derecha pasando por la caseta de información sobre el Arte Rupestre Prehistórico, 

continuamos paralelos a la carretera por el Sendero del Arrastradero 

hacia el Abrigo de las Figuras Diversas y el del Ciervo

descubierto en 1971 por un matrimonio alemán, en un panel de 50 cm de altura por 30 cm de anchura, podemos contemplar siete figuras de estilo levantino, tres animales (ciervo, toro y cabra) y dos humanas muy estilizadas; realizadas con tintas planas y pintura lineal roja y negra en el Neolítico.

Unos metros después, 

admiraremos el Abrigo del Medio Caballo,

 conserva 7 paneles donde se han catalogado hasta 43 figuras reconocibles; 

destaca medio équido pareciendo salir de la pared, dispuesto hacia la izquierda, bien conservado con excelente pintura de la mitad delantera.

Continuamos por traza senderil al Abrigo de los Dos Caballos,

un panel pintado de 1,5 m de altura por 3 m de anchura, 

con diez pinturas rupestres levantinas, realizadas con tinta plana en tonos rojizos, en cuyo centro se distinguen dos caballos superpuestos; 

la composición se completa con otros équidos y un jabalí.

Recobramos la pista

 y en la bifurcación, 

tomamos por la derecha 

al Mirador Pinares de Rodeno, 

seguimos

 entrando y saliendo al Abrigo del Arquero de los Callejones Cerrados, 

en su interior se encuentra un friso de 9 m de ancho, 

conserva dos paneles con trece figuras de estilo levantino, representan una escena de caza, una figura femenina y bóvidos, équidos y un cáprido; 

pintadas con tintas planas de color rojizo y violáceo. El arquero al acecho sirve de logotipo al Parque.

Continuamos por la pista principal

a las moles rocosas 

donde se encuentra la pasarela del Abrigo de la Cocinilla del Obispo; 

en su interior se encuentra friso con un gran panel pintado de 2,40 m. de longitud por casi 2,50 m de alto. 


Se distinguen figuras de bóvidos de gran tamaño, realizados con tintas planas, tres de ellos delineados con un trazo simple grabado y pintados con colores blanco, rojizos y negro.

Volvemos a la pista 

pasando por la caseta de barbacoas

hacia el Barranco del Navazo, en la bifurcación, seguimos a la derecha 

para ir visitando el Abrigo de Los Toros del Prado del Navazo,

 otro de los pocos enclaves donde las figuras están pintadas de color blanco, en contraste con el fondo rojizo de las paredes del abrigo: conocido también como «Toricos de Navazo», 

donde están representadas varias figuras naturalistas de toro, a los que posteriormente se añadió unas figuras de arqueros.

 También contiene grabados. 

Seguimos hacia un aprisco

 tras el que se halla el Abrigo del Tío Campano, 

del ciclo Levantino, conserva representaciones, de color rojo, de ciervos, caballos y una escena en la que una figura humana parece llevar del ronzal un animal.

Nos acercamos al mirador natural 

y volvemos

 a la pista para continuar 

al cercano Abrigo de los Cazadores del Navazo, 

un friso en el que se pueden observar varias representaciones, una figura humana armada con una especie de escudo, también una “alabarda” (como una lanza) con la hoja triangular. 

Aunque no se ha establecido bien su cronología se piensa que pertenecen a la Edad del Hierro. 

Nos acercamos al Abrigo de Lazaro con figuras humanas y animales, componiendo escenas de lucha y caza, realizadas en pintura roja.

Retornamos a la bifurcación

 para marchar al Abrigo de la Fuente del Cabrerizo, 

donde se conservan dos figuras grabadas, un cérvido completo con dos astas y la segunda, más tosca, un équido. 

En el arte levantino de la Sierra de Albarracín predominan en las representaciones ciervos, toros y caballos a gran tamaño, con uso de la pintura blanca sobre el rojizo de las covachas.

Pasamos por su mirador 

al aparcamiento, 

cubrimos los 590 m 

que nos restan por finalizar, este momento y monumento de la historia de la humanidad.

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